Tuvimos el placer de pasar la segunda mitad de marzo con los niños y el resto de la familia en Valencia (España).

Mi familia norteamericana no conocía Las Fallas, el festival que deja Valencia literalmente en llamas todos los 19 de marzo después de más de una semana de conciertos, comida, procesiones, petardos y castillos de fuegos artificiales.

Disfrutamos de paella, chocolate con buñuelos, flamenco en directo… pero sin duda lo más sobresaliente fue experimentar la locura de explosiones de la “mascletá” desde la posición más privilegiada: el balcón de una oficina de banca privada en la misma Plaza del Ayuntamiento (¡gracias de nuevo, Antonio!). Las costillas definitivamente parecía que se nos iban a partir con tanta explosión 🙂