El viernes adquirí dos obras de arte japonesas muy distintas.

Una es muy rara y excepcional: una xilografía (madera) original Ukiyo-e de Katsushika Hokusai (1760-1849), (su “La Gran Ola de Kanagawa” es una de las obras de arte japonesas más famosas) titulada “Sombra Ondulada del Monte Fuji” de la serie “Cien Vistas del Monte Fuji, Vol. 2”, creada en 1835. La serie “Cien Vistas del Monte Fuji” fue expuesta en el British Museum en 2001 y también está en la colección del MET de Nueva York.

Hokusai siempre ha sido uno de mis artistas favoritos en el mundo, y me alegra mucho añadir esta obra a mi colección.

La otra es un boceto y un Cel-ga #B-29 (pintura sobre celuloide empleado en animación manual) de Lukio, uno de los principales personajes de “Kimba el Emperador de la Jungla” (o “El León Blanco”), una serie shōnen manga japonesa creada por Osamu Tezuka que se hizo serie en la revista Manga Shōnen de noviembre 1950 a abril 1954. El anime basado en el manga fue creado por Mushi Production y se emitió por Fuji Television de 1965 a 1967. Fue la primera serie animada en color creada en Japón, producida por Tezuka Productions. La versión cinematográfica del “Emperador de la Jungla”, dirigida por Eiichi Yamamoto, fue estrenada en Japón el 31 de julio de 1966.

La razón por la cual esta es una pieza muy especial para mí es porque he empleado el caso del “Emperador de la Jungla” en mis clases de Propiedad Intelectual durante años, como un ejemplo clarísimo de plagio: Disney lo plagió cuando sacaron “El Rey León” (1994). Para más inri, no sólo lo negaron, sino que amenazaron con litigar para evitar la distribución en EE. UU. de “El Emperador de la Jungla. Así que ahora tengo este Cel-ga como recuerdo del valor de la originalidad y creatividad, un homenage a lo que es genuino y verdadero.