El 2 de diciembre fui a la Galería Tate Modern, que está cerca de casa, con toda la familia, aprovechando que mi suegra vino de visita.

Me gusta mucho la forma en que está configurada de acuerdo a conceptos, en lugar de cronológicamente, por artistas, o estilos. Más galería que museo. Expone las obras a través del foco subjetivo del curador. Me pregunto si los propios artistas estarían de acuerdo con los parámetros de la colección, pero sin duda es un cambio necesario a la lógica museística más tradicional.

Después de todo, si hemos de aceptar la subjetividad inherente de la obra de un artista, ¿por qué debemos tener miedo de dar un paso más allá y dejar que el comisario haga una “doble toma” de la interpretación?