El miércoles y jueves fui invitado a la Conferencia Amazon Web Services en el Excel centre de Londres.

A parte de una zona de exposicion con muchas empresas (algunas de ellas ya son proveedoras de mi empresa) como NewRelic, DataDog, GitHub, Chef, Alscient, Teradici, DataPipe, Ruxit, CloudCheckr, Amazon Activate, Elastic, Redis, etc, todas con sus excelentes regalos (la mayoría camisetas y adhesivos, pero muchas con rifas desde drones a iWatches), lo más sobresaliente fueron las conferencias.

Las que más me interesaban (y asistí a la mayoría): DevOps, Desarrollo de Videojuegos, Seguridad, Migración, Contenedores, Lumberyard, Cifrado, Diversidad, Microservicios, BigData, y Sistemas Enterprise.

Desde las muy aburridas hasta las muy interesantes, de las muy técnicas a las muy cómicas. Sin embargo, la única que fue extremadamente triste fue … lo has adivinado: la charla sobre Diversidad. La de menos asistencia y menos compromiso (a ver si puedes averiguar cuál de las fotos en la galería pertenece a esa charla). ¿Cómo puede ser, cuando la falta de diversidad es un problema tan enorme en el mundo de la tecnología?

Por las personas que asistieron y la propia charla está muy claro que el mundo de la tecnología no tiene ni idea de cuál es la verdadera causa problema y cómo hacerle frente.

Mi temor es que, más allá de ser una cuestión bastante compleja, no hay ningún interés REAL en solucionarlo. Después de todo, a lo largo de la historia, las actividades de alto valor añadido, que generan beneficios, han sido de dominio exclusivo de la élite gobernante. Lo que básicamente hoy significa hombres blancos de edad media anglosajones.

Ni caso a los brillantes muchachos milenarios en la portada de la revista Emprendedor: por lo general ni deciden ni tienen la última palabra, sólo hablan el tecno-jerga, pero el dinero detrás de ellos, y el centro de poder en “sus” empresas reside … en una mayoría de hombres blancos anglosajona de mediana edad. Por suerte hay una gran cantidad de actividad procedentes de otros países y otros grupos étnicos. Sin embargo, la “brecha de género” (o “techo de cristal”) sigue siendo un problema serio y sin resolver.