El viernes, 16 de septiembre, asistí a 3 “reuniones bilaterales”. La primera de ellas tuvo lugar en el centro de San Francisco, en la sede central de Uber, que está en el mismo edificio que Square y en frente de Twitter.

Esa misma mañana se publicó un artñiculo acerca de cuánto dinero está perdiendo Uber, y lo artificialmente elevada que está su valoración, pero, por supuesto, nadie quería hablar de eso. En su lugar, nos centramos en el análisis de grandes volúmenes de datos, la regulación, y los interesantes giros que está tomando Uber.

Como se puede ver en las fotografías, tienen unas oficinas muy chulas. Han usado la tonelada de dinero que recibieron de los VC: un montón de geeks paseando con portátiles, pantallas gigantes con anuncios y cuadros de mando, muebles de diseño …

Después de Uber, fuimos en autobús a la universidad pública número 1 en el mundo: la Universidad de Berkeley. A la Escuela de Ngocios Walter A. Haas para ser más exáctos. Asistimos a conferencias y nos reunimos con el Prof. Alexandre Bayen, el Prof. John Zysman, el Prof. David Charron, Gigi Wang y Peter Menor.

La mayor parte de lo que explicaron es de conocimiento público, no obstante la densa charla del Prof. Charron sobre la historia e idiosincrasia de Silicon Valley fue bastante esclarecedora. Dos puntos interesantes que mencionó:

  • El crecimiento de la inversión fue motivado en gran medida por las bajas tasas de interés, lo que llevó a una gran cantidad de dinero en efectivo, y la codicia alimentada por los éxitos inesperados de inversión en tecnología.
  • La reducción de la inversión corporativa VC no está causada por una burbuja, sino porque es cíclico y ahora quieren ver cómo les va al gran grupo de recientes unicornios, antes de volver a entrar.

Después de comer con ellos, fuimos al Centro para el Emprendimiento y Tecnología en el Sutardja Dai Hall, en el que nos explicaron un poco más sobre la Citris Foundry.

Para terminar el día fuimos a GE Digital, sede mundial de General Electric para software, donde su Jefe de Experiencia nos dio una charla sobre su nueva plataforma (Predix). Luego, vimos de primera mano cómo una compañía de base industrial está tratando de ser “cool”, en un tour por su Laboratorio de Experiencia Conectada, y su Centro de Diseño para Clientes.

No me malinterpreten, entiendo y me encanta el hecho de que empresas que tienen más de 100 años quieran mantener su relevancia y frescura. Pero de alguna manera se siente “falso” y “forzado” cuando no está integrado en su ADN empresarial. Me refiero a: un retrato de Yoda hecho con Post-It, una máquina expendedora que tiene Arduinos (al lado de tres impresoras 3D que nunca han sido usadas), una arcade retro, o un mural que dice “insertar garaje aquí”. Todo esto puede ser visto como “decoración” y seguir (no marcar) tendencias. Pero tratar de convencer a los visitantes y clientes que tus investigadores son de primera categoría, porque pueden interactuar con Google Maps en un gran panel de pantallas a través de una Microsoft Kinect, o pedirle a tus clientes que jueguen a Candy Crush en una pantalla táctil gigante para que puedan “relajarse “en un descanso entre las largas sesiones de trabajo, parece un insulto al espíritu de la verdadera innovación e investigación. Pero, de nuevo, eso es marketing a base de imitación sin tener ni idea y clones corporativos siguiendo directrices sin pensar.

En el camino de vuelta a San Francisco pudimos experimentar uno de los legendarios atascos de SF.