Halloween ha llegado a Wimbledon. Las hojas multicolores pintan su mosaico natural anual, una de las muchas manifestaciones subjetivas donde podemos observar nuestra mente trabajando, interpretando los acontecimientos. ¿Te sobrecoge la belleza de la gama de colores? ¿Te hace preguntarte por qué todo el mundo encuentra hermoso un evento cíclico natural que ocurre porque las hojas de los árboles mueren, caen y se pudren? ¿Lo asocias con un clima incómodamente impredecible y con temperaturas incómodas? ¿O te imaginas bebidas calientes, poder dar largas caminatas al mediodía, y pasarte la tarde horneando tartas?

Sea como sea que interpretes (o no) esta estación, una tradición cultural en algunos países occidentales es la talla de una calabaza para convertirla en una jack-o-lantern. Este año fue la primera vez que mi hijo lo hizo, y fue un momento especial (excepto para el jack-o-lantern, que terminó vomitando sus propias semillas). El resultado fue bonito, con nuestro fantasmagórico castillo como un perfecto fondo.