El 15 de septiembre, como algunos ya sabéis, nos mudamos por unos meses a una casa en el Lago Erie (Canadá).

Tanto por razones de negocios como familiares, mi esposa, mi hijo y yo vamos a pasar un tiempo a este lado del Atlántico.

La casa no podría ser más idílica, y la ubicación más bucólica. Con la playa justo frente a nuestro porche, vemos todo tipo de bichos moviéndose alrededor de la casa todo el tiempo: gansos, ardillas, todo tipo de aves, mariposas … y no importa a dónde mires, ves verde, excepto si miras hacia el sur, entonces ves el lago. Hermoso.

Como dice mi hijo, “No puedo esperar a verlo nevado y congelado”. Yo sí.