El jueves fui a 319 Scholes para asistir a la inauguración de “Collect the WWWorld: The Artist as Archivist in the Internet Age”.
Más allá de la anecdótica multitud de post/pre hispters, la exposición en sí misma es una triste celebración de ruido. Lo que, en sí mismo, es un punto de partida tan válido, o no válido, como cualquier otro en el inacabable debate sobre el arte (y más si nos referimos a contemporáneo, electrónico, net, etc).
El martes 2 de octubre me invitaron a la inauguración de la exposición “Viento Plateado: Las Artes de Sakai Hoitsu” en la Japan Society. Esta exposición es la primera retrospectiva americana de Sakai Hoitsu (1761-1828), un aristócrata samurai que se convirtió en monje budista y dedicó su vida al arte y la poesía. En la exposición había tambiñen algunas obras de su principal discípulo Suzuki Kiitsu, aunque tengo que admitir que las diferencias entre ambos son bastante notables.
El viernes fui a la NY Comic Con, supongo que como todo el mundo, con la idea de divertirme, de experimentar de primera mano uno de los “principales eventos” a los que puede asistir un verdadero geek nerd. También quería charlar con Cory Doctorow, con quien por cierto al final no pude coincidir. Hacía años que no lo veía, y era la “excusa” perfecta para asistir.
Cuando llegué me sorprendió el tamaño.
Otoño.
Mi piel cae y la tuya no está ahí.
Me dirijo al lienzo, pero no es color con lo que quiero manchar tu blancura.
Me giro hacia la pantalla blanca, pero no es luz lo que busco.
Me enfrento a la página en blanco, pero las palabras no me ofrecen consuelo.
Entonces mi piel cae en el marfil del piano.
Los dedos bajan resbalando por cada tecla.
Caricias que no se quedará el aire.
El jueves me invitaron al pase y debate “Graffiti – PostGraffiti” en el New Museum de Nueva York.
Estaban los de siempre. Los participantes en el debate (Pattie Astor, Fab Five Freddy, Lady Pink, y Lee Quinones), muchas viajes glorias y un par de chavales aspirantes a bomber que seguro llenaron de tags los muros esa noche.
Lo que comenzó como una celebración, recuerdo, y comunión, a medida que avanzaba la liturgia se convertía en una dolorosa reivindicación e incluso un ataque purista.
Tumbado en la alfombra, con un libro de poesía y un lápiz en la mano, U2 de fondo.
_October (Octubre)
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October (Octubre)
And the trees are stripped bare (Y los árboles se quedan desnudos)
Of all they wear (De todo lo que llevan)
What do I care (Qué me importa)
October (Octubre)
And kingdoms rise (Y reinos se alzan)
And kingdoms fall (Y reinos caen)
But you go on…and on… (Pero tú sigues… y sigues…)
El domingo pasado fui a ver el bio/docu/pic Searching for Sugar Man en los cines Lincoln Plaza.
Dos Surafricanos se embarcan en un viaje para descubrir qué ocurrió con su héroe musical, el misterioso rockero de los ‘70, Rodriguez.
Mientras la película en sí es muy buena, y la historia potentísima (no sólo una historia humana sobre un músico llamado Rodriguez, mejor que Bob Dylan si me permiten la herejía), hay dos aspectos que van más allá de lo típico en este tipo de documentales: