En este artículo, Security Monkey explica cómo, según palabras de un agente del FBI en el Symposium de la ISSA 2007, hablando sobre recuperación de datos cifrados:
Si un atacante se introduce en tu sistema, cifra todos tus datos y causa daños de más de $500.000, el FBI investigará, pero no recuperará tus datos.
Si eres un warez kiddy (sic), KP connoisseur, o miembro de una banda y cifras tus datos y no dejas el password en un lugar fácilmente accesible (el FBI no emplea ingeniería social ni interrogatorios para esto), ni van a intentar romper tu cifrado.
Un hombre ha sido detenido en Michigan por emplear la WiFi de un café (que la ofrece gratis a sus clientes) desde su coche, aparcado fuera del establecimiento. El delito es punible en el código penal norteamericano con hasta 5 años de cárcel y 10.000$ de multa. No obstante, la fiscalía va a solicitar 400$ de multa y 40 horas de servicios comunitarios.
No es el primer caso. En 2005 ocurrió en Florida, y en 2006 en Illinois.
La Asociacion Española de Comercio Electrónico (AECE) ha perdido el dominio. No sé si es que han cambiado de denominación, se han despistado, o qué, pero creo que les hace falta esto.
Mientras unos se empeñan en añadir cortapisas, tasas, impuestos, y demás medidas restrictivas a su trabajo y al de los demás, en busca de un modelo de negocio muerto, otros inventan modos de añadir valor (y por lo tanto aumentando beneficios).
09 F9 11 02 9D 74 E3 5B D8 41 56 C5 63 56 88 C0 -© Motion Picture Association of America
-¿Un número con copyright?
-¿Qué es ese número? (como si no hubiese formas más fáciles)
-¿Qué te puede pasar si lo publicas?
-¿Quién teme al lobo feroz?
Pues pásalo.
Así reza el refranero español. Y es cierto.
El mes pasado hablaba del valor de la música en este post. Pues bien, al leer un pequeño recuadro en el Wall Street Journal me ha venido a la cabeza, y no he podido evitar hacer una gráfica para que resulte más obvio:
Como se puede observar, las diferencias de PRECIO son enormes. Sin embargo, el valor es poco más o menos el mismo (similar ambiente, similares circunstancias, similar producto).
Patético e indignante. Sólo se me ocurren esos adjetivos para describir lo que pienso al leer
este artículo de la agencia EFE (publicado en El Mundo) refiriéndose a la presión que se está ejerciendo en Inglaterra para que “los pobres” sucesores de los autores de canciones de éxito (olvidémosnos de los que crearon gran música pero no se acostaron con el productor ni se la chuparon al directivo de la discográfica, claro) equiparen su parasitismo al de los EEUU (son la isla, no son Europa, recuerden).