Estamos cansados, y enfadados, de que lo que han sido derechos del consumidor / ciudadano de toda la vida, se conviertan en moneda de cambio, y la forma de mantenerlos sea pagando.
El último ejemplo (cada vez que hablo de este tipo de cosas sufro una mezcla de ira y tristeza muy peligrosa) es esta patente de Philips para OBLIGAR a los televidentes a ver los anuncios, evitando cambiar de canal… a no ser que pague un “servicio” que evite esto.
Los que usamos una impresora EPSON sabemos lo frustrante que es que con su chip patentado no nos dejen acabar los cartuchos, o emplear cartuchos de la compeencia. Es uno de los cientos de modos de emplear las patentes y la “propiedad intelectual” para cerrar el mercado y conseguir un monopolio de facto.
Pues bien, a través del genial blog de Enrique Dans (lo siento Enrique, al final no coincidiremos en la Feria de Emprendedores de Canarias, otra vez será) me entero que un proyecto de freeware llamado SSC Printing Service permite al usuario retomar el control de su impresora [nota: sólo disponible para Windows, pero todo se andará].
ENTREVISTA A JORGE CORTELL SOBRE LA CULTURA LLIURE. 22/03/2006 – Revista El Temps – número 1140, sección Sociedad
por Violeta Camarasa
[Texto original (aquí posteado) en Catalán/Valenciano, pero si queréis la traducción a Castellano, está disponible en los comentarios del post gracias a Metsuke y Shrike.]
Fa poc menys d’un any, la conferí¨ncia “Descarregar i copiar música és legal i bo†acabí amb els seus cinc anys de docí¨ncia com a Professor de Mí ster en la Universitat Polití¨cnica de Valí¨ncia (UPV).
No hace ni unas horas que he escrito este post con relación al Software Libre y la Administración Pública, y va y resulta que en la Consejería de Educación de la Generalidad de Cataluña (escrito en Castellano como castigo) intentan “colar” software privativo dentro de su distribución de sistema operativo GNULinux (está de moda tener una distribución propia, si hasta mi vecina tiene una oiga, -¿por qué no?) llamada Linkcat.
JC me comenta algo preocupante por email:
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_Me pregunto si alguien se acuerda de aquella directiva comunitaria que obligaba a la retencion de los datos de las telecomunicaciones.
Sí, aquella que no importó demasiado a mucha gente siempre que se nos asegurara que dichos datos retenidos estaban fuera del alcance de las discográficas y demás gente de mal vivir.
Esa, sí.
Pues puede leerse en estas actas de la UE que los yanquis quieren tener acceso a ellos.
La pregunta es retórica, pues es obvio que no:
– Según SGAE: tienen 83.000 miembros. Con derecho a voto: menos de 8.000 (-¿democracia?)
– Según SGAE: tienen 83.000 miembros. Cobran sus “derechos”: 25.000 (-¿cuentas claras?)
– Según SGAE: tienen 3.000.000 de obras en su repertorio. Recaudan sólo sobre 500.000 (-¿amiguismo?)
Está claro que quien “corta el bacalao” en la SGAE son las discográficas. Si de verdad representasen y “defendiesen” al autor y al artista, leerían esto que escribe The Grillo y luego cambiarían su monótona monotemática de adoctrinamiento represivo y nos dejarían a todos en paz y libertad.
Como aquella estupenda película de Peter Greenaway “El cocinero, el ladrón, su mujer, y su amante”, en este post se juntan cosas que parecen muchas veces pertenecer a mundos totalmente diversos: Administración Pública, datos, formatos y software.
Hace unos días me enfadó mucho que el Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa de Valencia (IMPIVA) publicase una información de interés para una de mis empresas en “formato” EXE Sí, una auténtica barbaridad: publicar texto e imágenes en modo ejecutable -¡como si no hubiese otra forma de hacerlo!