Banksy Simpsons en YouTube
y desde el inicio (ver vídeo, pasados los primeros 40 segundos) es rompedor. ¿O no?
Que la 20th Century Fox permita transgresiones al statu quo no es nuevo. Pero que lo haga pese a que la crítica va dirigida a un sistema de la que forma parte, y empleando su propia imagen como centro de esa crítica sí parece rompedor.
Sin embargo, que el sistema permita la transgresión, la crítica, el inconformismo, no es sino otro de los mecanismos de defensa que tiene, y uno de los más sutiles y maquiavélicamente eficaces: la asimilación.
Como dice Boehme hablando de la psicogénesis de la creación, Dios (naturaleza, fuerza creadora, el hombre, o lo que sea que cree) necesita de un espejo (Spiegel) y un reflejo de sí mismo (Selbstab bildung). Pero un clon mutante, o un robot roto son la demostración de que Dios no sabe hacer espejos. Ergo esa enfermedad llamada Ser Humano.
Hay una interesantísima conferencia impartida en 2009 en TED titulada “East vs. West – the myths that mystify” a cargo de Devdutt Pattanaik en la que este sociólogo autodidacta (médico de profesión) indio propone una lectura muy interesante de los elementos que están en la base de la diferencia Este-Oeste.
Todos los que hemos trabajado con o para indios, chinos, japoneses, coreanos, indonesios, o malayos sabemos que pese a que son muy diferentes entre ellos, existe un nexo común “Asiático” que diferencia muy mucho a “nosotros” (entre comillas por mi falta de identificación y filiación) de “ellos” (entre comillas porque no me gustan las diferencias, distinciones y confrontaciones que suele conllevar el “nosotros y ellos”).
La forma más primitiva de sociología contempla una estructura cíclica de la evolución social. Hasta el darwinismo (que puso un énfasis absoluto en una evolución lineal biológica que se adaptó a la sociológica) prácticamente todas las culturas tenían una visión cíclica de la historia (cambios de equinocio, eventos míticos recurrentes, épocas y eras descritas como “doradas” y “oscuras” que se turnaban en riguroso orden, etc).
Esto, por supuesto, ha llevado a múltiples historiadores (como Danilewski o Spengler, hace un siglo) a predecir el ocaso de la dominación de la sociedad occidental.
Curioso como un tema (Tantra) te lleva a otro (Psicoanálisis) que te lleva a otro (Filosofía) que te lleva a otro (Religión) que te lleva a otro (Etimología)…
“Diablo” viene del latín diabolus que a su vez viene del griego [‘calumniador‘] que viene de [‘calumniar‘]). También tiene la acepción de [‘separar‘]. Curiosamente “Símbolo” etimológicamente significa lo contrario: [‘unir‘]
“Satanás”, por otro lado, viene del latín satâna, que a su vez proviene del arameo shatán [‘acusador‘].
Según el Hagakure (de Yamamoto Tsunetomo, siglo XVIII):
En occidente nos hemos centrado mucho en el “proceso”. Todo son procesos, con su linealidad, consecución, causalidad, y objetivo. Se busca la optimización. Modificaciones sucesivas en pos de una meta, a través de las cuales se diluye el espíritu inicial del proceso en cuestión.
En oriente, sobretodo tradicionalmente (no me refiero a la vorágine de producción y consumo capitalista en la que se ha convertido China, o el hipereficiente Japón de la postguerra) hay un enfoque mucho más orientado al rito.