La interacción con los objetos alcanzó, a principios del siglo pasado, una nueva dimensión: la electricidad, la mecánica, y una fascinación por los “nuevos inventos” nos lanzaron a la era de la “tecnología” en una carrera que a veces hasta un tecnófilo se pregunta si es sana.
Así que no es nada nueva la extraña sensación que causa la interacción con los objetos (como por ejemplo un ordenador, o un ascensor).
Viajar da para mucho, o poco, según lo observador que se sea.
En una reciente conversación con la mujer más interesante que tengo el gusto de conocer, salió el tema de la cohesión social de un modo ligero, cual trabajo de antropología de campo amateur.
Las diferencias socio-culturales de los distintos “pueblos” son obvias hasta al observador más primitivo. Es, de hecho, uno de los comentarios más comunes entre los viajeros.
Creo que ya he hablado con anterioridad del libro “The Paradox of Choice: Why More Is Less”, del profesor de psicología Barry Schwartz (a veces llego a pensar que porque algo está en mi cabeza, instantáneamente llega a mi blog).
No le faltan oponentes y críticas, pero hay una cosa cierta: hay que estar preparado para afrontar “demasiadas opciones”.
Conozco a alguien en cuya vida se abre una oportunidad que podría parecer maravillosa para prácticamente cualquiera: con recursos suficientes, dedicarse a lo que quiera, viviendo donde quiera.
Todo ciclo tiene un final, y este es el inicio del siguiente. Como Carlos Sánchez Almeida, “cambio de trinchera”. Notarán mi acción desde otro lado, o no, pero no será mi nombre el que la firme. Lejos de la cobardía del anonimato del que teme, será la decisión del que actúa por la acción, y no en nombre de nadie, ni de él mismo.
Ha sido un honor disponer de su atención durante este tiempo.
Desde hace unos días tengo otro blog. Anónimo. No os diré ni la temática para que no lo busquéis.
Hoy me ha entrado la curiosa sensación de serle infiel a mi blog. ¿Por qué posteo esto allí, cuando lo podría hacer aquí? ¿Es buena esta posible duplicidad? ¿Lleva a algo la compartimentalización?
La pluralidad se supone que es buena. Además, quien lea aquello puede que no esté interesado en leer esto, y viceversa.
Tras ver unas espectaculares fotos de ñus acechados por leones, y enterarme de que uno de cada cuatro escaladores del K2 muere en el intento, me han venido a la mente unas cuantas reflexiones:
Sé lo que quiero porque sé lo que (quién) soy. Riesgo es algo que otros “analizan” y “asumen” o no. Yo el riesgo lo acepto. Y eso implica enfrentarse a las consecuencias de cara. Mientras no olvides de dónde vienes, y tengas claro a dónde vas, no importa mucho dónde estás.
En “The Evolution of God”, Robert Wright escribe a cerca de la evolución de “Dios”, desde el genocida que en el Viejo testamento reclama la masacre de los Amalekitas (“Ahora id y atacad Amalek, y destruid completamente todo lo que tienen, y no tengáis piedad. Matad a hombres, mujeres, niños y bebés” -1 Samuel 15:3), al “Dios” misericordioso que la Iglesia de San Pablo (que no del arribista político conocido como Jesús) nos intenta vender.