Lo del aeropuerto de Caracas ha sido de auténtica película.
He salido de Bogotá puntual, y sin problemas, pero como la señorita de Avianca no ha podido facturarme el equipaje hasta destino, pues enlazaba en Caracas con Iberia, he tenido que volver a pasar por la abarrotadísima inmigración de Caracas, recoger la maleta (que ha salido exáctamente la última) y volver a facturar. Y aquí empieza la aventura.
Llego a la zona de facturación de Iberia, y la cola es imposiblemente larga.
Nos conformamos. Contínuamente nos conformamos. Creemos que porque tenemos la posibilidad de escoger (ya sea en unas elecciones en “democracia representativa” cada 4 años, ya sea el modelo de un coche que sólo se distingue del otro en un alerón, o en licencias varias) somos libres. Y la libertad no tiene nada que ver con ello.
La libertad es la capacidad de decidir, sin un rango limitado, sin unas opciones preconcebidas.
Los que no hayáis pasado los últimos meses en Marte, habréis oido hablar de Joe el Fontanero (Joe the plumber) y su papel en la campaña presidencial de EEUU.
Pues bien, sin que se haya mencionado en los medios, y por supuesto sin él saberlo (porque así funcionan los juegos del poder, que no da explicaciones a aquellos sobre quienes ejerce dicho poder) esta nueva “figura mediática” ha marcado un hito en la Democracia occidental.
Todos hacemos, nos guste o no, juicios éticos sobre el comportamiento de los otros. Y parte de esos juicios conllevan el valorar la posibilidad de “castigar” el comportamiento “poco ético”.
Creemos que dichos juicios de valor los realizamos de modo frío y racional. Pero no es así. Cometemos errores de evaluación y acción. El profesor de Harvard Business School Max Bazerman y sus colegas han investigado esta interesante área del comportamiento.
Normalmente la obstinación no suele ser buena compañera. Pero la detreminación sí, y entre las dos hay una línea muy estrecha.
Un debate largo y tendido sobre la entropía en la termodinámica me llevó a plantearme la validez de dichos postulados. Algo no me encajaba (y lo dice sin pretenciosidad ni arrogancia alguien cuya formación en física teórica es prácticamente nula). Comencé a cuestionarme la irreversibilidad. Ello me llevó a dudar de la linearidad del tiempo.
Sin presunción de inocencia. Sin sospecha de haber cometido un delito. Sin tutela judicial.
Así, a traición (en verano, escondido tras las olimpiadas de Pekín y el conflicto de Georgia), el gobierno Sarkozy ha puesto en marcha dos peligrosas iniciativas, EVIDGE (pública) y CRISTINA (secreta), con el mismo objetivo: fichar a todos los ciudadanos (mayores de 13 años) que “por sus opiniones atenten contra la seguridad pública”. Helene Franco, secretaria general del sindicato de la magistratura, dice “Somos la única democracia en Europa donde existe una policía política.