-¡Bravo Gonzalo! (que escribe esto en la lista de Hispalinux):
Este año el famoso INEM, en los cursos destinados a desempleados, ha unido un curso de sistemas con un curso de redes denominandolo “administrador de redes”. La teoría es la de siempre, parecida a cualquier Networking Technologies de cualquier certificación oficial, pero las prácticas se basan en un servidor Win. 2000. Yo voy a ser profesor en uno de los centros homologados de ese curso, pero lo voy a aplicar todo a Debian.
En mis empresas huimos de los concursos como del demonio, porque casi casi todos están viciados (pre-asignados o redactados de forma leonina). Pero, pese a saber lo complicados o retorcidos que pueden llegar a ser, hoy he visto el colmo de lo ridículo.
Se trata de un concurso de suministro de tecnología médica en Mexico (no daré más datos porque se dice el pecado, no el pecador). Y entre muchas otras burradas, esto me ha llamado poderosamente la atención:
Lo cierto es que el trabajo (y alguna otra cosa) me consumen de mala manera, pero esto es excesivo. Necesito unas vacaciones para ponerme al día.
Como escribe Ramón en la lista de Hispalinux:
La postura de mantener un canon en España es cada día mas insostenible, por mucho que la SGAE siga argumentando lo contrario, pero lo que es más triste son las acusaciones que estos señores lanzan y la actitud beligerante que demuestran, anto toda opinión que no sea de su agrado hasta el punto que hasta niegan los datos que aporta el mismo gobierno si no son de su gusto.
Yeah baby yeah!!!! (proyecto)
Alberto comenta sobre este patético intento de Microsoft para que el OLPC (One Laptop Per Child) doble de capacidad de almacenamiento para que el mini XP que quieren meter cuele (pese a que eso encarezca el producto, y con ello haga más difícil conseguir su loable misión): “Parece ser que, como dice el articulista, Microsoft no soporta la publicidad que está obteniendo Linux con este proyecto…”
Estas dos iniciativas (voto libre y voto abierto) son un ejemplo de cómo las tecnologías nos pueden permitir tener más control sobre el sistema de votación, para así evitar pucherazos y para exigir responsabilidades a nuestros políticos, pudiéndoles demostrar incongruencias entre su voto y su programa.