Al día siguiente, sábado 14 de mayo, tomamos el desayuno en el centro de visitantes (una vez más con deliciosos pasteles daneses), y tomamos un taxi hasta la terminal de cruceros donde embarcamos al Seabourn Quest para realizar un crucero de 7 noches por el Báltico.
El barco es absolutamente fantástico. Es bastante nuevo, exquisitamente decorado, y nos asignaron una suite increíble con un armario vestidor enorme. De particular excelencia resultó el baño de la suite.
El jueves, 12 de mayo, viajamos a Copenhague, Dinamarca. Teníamos una lista enorme de cosas para hacer allí, pero al estar durante dos días solamente, tuvimos que hacer muchos sacrificios.
A la llegada al aeropuerto tomamos un tren muy práctico y moderno que nos llevó a la estación central, y nuestro hotel estaba al lado. El Radisson Blu Royal fue el hotel de diseño original, y se puede ver la mano de Arne Jacobsen en todo, desde la escalera a las sillas.
El 10 de mayo fui a Manchester para una reunión de trabajo.
Tras la reunión, tuve un par de horas libres antes de tomar el tren de vuelta a Londres, así que decidí dar una vuelta por la Universidad de Manchester (donde realizaré un curso de Bioinformática dentro de poco) y visitar el ecléctico y adorable Museo de Manchester.
En Inglaterra, el verano aparentemente dura aproximadamente 3 días. Y llega (y se va) en mayo.
Esos tres días fueron muy agradables: fuimos a pasear por los parques y el pueblo, disfrutamos de las flores y viendo a las familias divirtiéndose y capturando su dosis anual de rayos-de-sol-procesadroes-de-vitamina-D, y tomamos un buen desayuno en el balcón de nuestro castillo viendo a un grupo de ancianos jugar al cricket en las pistas de entrenamiento de Wimbledon.
Una de mis asesores corporativos es vegetariano, y queríamos tener una reunión durante la cena. Me encargó la tarea de encontrar un restaurante en el centro de Londres, por lo que eligí Itadaki Zen , un restaurante japonés vegano.
Recuerdo vivamente Kajitsu , un restaurante de cocina Shojin en Nueva York, como uno de los restaurantes más sorprendentes, deliciosos y diferentes en los que he cenado. Así que pensé que esto podría ser similar.
Durante un par de días (del 3 al 4 de mayo), ejecutivos de IBM de Suiza, Francia y España vinieron a la sede de mi empresa en España para una “inmersión técnica profunda”.
Durante esas discusiones técnicas (bajo acuerdo de confidencialidad NDA, así que me temo que no puedo revelar nada de lo que se dijo) otros ejecutivos de IBM se unieron por teléfono desde sus respectivos países.
Más allá de la ingeniería, el mercado y los debates corporativos, también tuvimos la oportunidad de divertirnos.
Como imaginamos, lo mejor de trasladarnos a Wimbledon es estar rodeados de naturaleza.
A 500 metros al este tenemos el familiar y civilizado Wimbledon Park, con sus cisnes y patos, deporte acuáticos, minigolf, pistas de tenis courts… ¡incluso voley playa!
A 500 metros hacia el oeste tenemos el salvaje y denso bosque de Wimbledon Common:
Adyacente a Wimbledon Common tenemos Richmond Park, con sus ciervos salvajes. Una excelente elección para montar a caballo: