Si no era suficiente con el caso de un juez de Washington D.C. que ha demandado a una tintorería por perder sus pantalones pese a tener un cartel que dice “satisfacción garantizada / servicio en 24 horas” y les pide 54 millones de dólares (en el juicio incluso ha llorado), ayer me contaron el caso de unos padres que han sido sentenciados a dos años en la cárcel por permitir a los amigos de sus hijos beber cerveza y vino en su fiesta de 16-º cumpleaños en su casa pese a que todos ellos se quedaban a dormir y ninguno iba a conducir.
Ya me había pasado antes. Pero fue con mi novia del instituto y la universidad: ver cómo una persona se transforma al interpretar música. Se enciende, irradia una energía invisible y se transforma. Supuse que era el amor, que todo lo afecta.
Hoy, mientras comprobaba el correo en el lounge (piso 25) del hotel Conrad, una mujer se ha puesto a interpretar la flauta (Western concert) junto a un piano. Y se ha transformado.
Hoy, durante la cena en Graziano (Miami), en la mesa de al lado estaba Samuel L. Jackson.
Reacción instantánea: vaya, un “famoso”. Una décima de segundo después “-¿y qué?”. Medio segundo después “es interesante observar la reacción de los demás”. Un segundo después “vaya, miran pero le dejan cenar tranquilo”. Tres segundos después “vaya, pobre hombre, entre fotos y autógrafos se le va a enfriar el bife gaucho”. Diez segundos después “vuelvo la atención a mis compañeros de mesa, pero es curioso como esa persona ha equiparado acaparado segundos de mi atención por el mero hecho de ser él.
Anoche me reí un buen rato con el nombre de un plato y la camiseta de un camarero en el restaurante Chino Latino de Minneapolis.
El plato eran los “Phuket Noodles”. Cualquiera que sea bueno en geografía (o que le guste emplear Google o Wikipedia) sabrá que Phuket es una espectacular área del sur oste de Tailandia, con unas playas paradisíacas. Pero claro, ahí está el idioma para causar malos entendidos y chistes divertidos.
Lo reconozco, tengo amigos implicados en Fon, por lo que no seré muy duro (públicamente). Pero lo del rollo “revolución social” apesta a capa de barniz marketiniana. -¿Bills y Linus? OMFG. No es que no crea en las revoluciones sociales y el libre acceso a la red. Pero me lo creo más si parte de un hacklab o de un grupo Wireless que si parte de pelotazo-man o su grupo de influyentes blogeros a sueldo.
Nada como los largos viajes con sus vuelos intercontinentales para generar situaciones que se podrían denominar surrealistas, si no fuese porque el término está ya desgastado.
Desde la increíble situación en Barajas, donde en la puerta de embarque del vuelo Madrid-Nueva York han llamado a los pasajeros que veníamos de vuelos en conexión (o sea, los que veníamos de alguna otra ciudad que no fuese Madrid)… y -¡solo éramos 3 en todo el avión (un B-767-300ER completito)!
Hoy, que todo el mundo habla del dato publicado “desaparecen 3 especies por hora” con motivo del día mundial de la biodiversidad (-¿de verdad necesitamos tener un día especial para que nos importe el medioambiente? -¿de verdad necesitamos una excusa para aprender un nuevo dato?), he encontrado este increíble vídeo de la lucha entre una manada de ñus, una de leones, y dos cocodrilos, en un pequeño lago de Suráfrica. [Spoiler: el cachorro, por increíble que parezca, se salva]