La historia es larga y enrevesada, parece una típica conspiranoia, pero os hago un resumen: la stevia, planta de origen paraguayo empleada durante siglos por los indígenas apra endulzar, es analizada por un botánico suizo a finales del siglo XIX. Se descubre que tiene un enorme poder de endulzar, sin los efectos negativos del azúcar refinado, y con la particularidad de que su consumo cura un determinado tipo de diabetes.
Constantemente reniego del tecnocentrismo y reclamo más introspección, más atención al indivíduo, y una sociedad más equilibrada.
Pero eso no significa que la tecnología no nos pueda ayudar. Hay pequeños avances ocurriendo ya, que podrían cambiar el mundo:
Células solares flexibles y con una eficiencia superior al 40% producidas en serie (Boeing) Purificadores de agua basados en plantas (como los de mis amigos de Aquaphytex) Cemento biodegradable de geopolímeros Tecnología “lab-on-a-chip” de microfluídos producida en serie con medios caseros (como describía Guillaume Colas, y demuestra la SEAS de Harvard) Bacterias artificiales Teléfonos solares (Umeox), coches eólicos… ¿Por qué los gobiernos no se unen internacionalmente y apoyan más estos radicales avances, dejando de lado favoritismos, aranceles, subvenciones, y demás auto-proteccionismos endémicos?
El otro día estuvimos en una conferencia de Ignacio Ramonet (Le Monde Diplomatique), en la que se supone que hacía recapitulación de conferencias anteriores del ciclo sobre nuevas utopías, aunque en realidad fue un cocktail compuesto de 30% de historia de la utopía, 60% de “el estado del mundo”, y 10% de utopías varias.
Lo que me entristeció, entre otras cosas, fue que en no se habló de la participación.
Impresionante documental sobre la obsolescencia programada (gracias Ana).
¿Cuánto de lo que deseamos no nos es necesario?
¿Cuánto de lo que tenemos nos sobra?
¿Cuánto necesitamos de verdad?
Se me ocurren mil cosas que podemos hacer para recuperar un poco de equilibrio en la absurda carrera desear-trabajar-endeudar-comprar-consumir-tirar. Voy a preparar un post más exhaustivo sobre el tema, pero por ahora ahí va esto, que practico desde hace más de un año: cuando compres un objeto de consumo (ropa, juguetes, etc), deshazte (da a los más necesitados, recicla, etc) de dos.
Al igual que con el caso de los datos que comenté hace días, el gobierno americano (NASA) liberó su aplicación WorldWind (una especie de Google Earth libre con SDK). desde entonces han surgido multitud de ejemplos sobre aplicaciones y usos, desde militar a agrícola. Precioso.
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
La liberación del constructo en que nos convertimos (por lo general de modo bastante inconsciente), para regresar a la esencia, está en la base, en el inicio de aprendizaje, de toda espiritualidad, ya sea Zen, Hinduismo, Budismo… o Cristianismo.
https://www.priceofweed.com/
En esta web podéis consultar el precio medio de la marihuana. Como es un ejemplo de crowdsourcing, depende de que mucha gente contribuya para que los datos sean lo más fiables posible.
Como se puede ver, en Canadá es mucho más barata que en EEUU. Dentro de EEUU, en la costa oeste es más barata que la este, lo cual es lógico dado que en California es legal cultivar y vender marihuana para uso “medicinal”.