En contra del convencionalismo, y el paroxismo que se vive en estos días asociado al más hipócrita consumismo disfrazado de “buenas intenciones”, si no te puedes librar de la liturgia aparentemente consensuada y elevada a estatus de “tradición” mediante la repetición y la machacona presencia en los medios de intoxicación masivos, te recomiendo que, por lo menos, NO regales:
música o eBooks con DRM (nada de iTunes) ni sujeta a “derechos de autor”.
La iniciativa del gobierno norteamericano de liberar los datos (no, no estos, sino lo de data.gov) ha permitido que en poco tiempo surjan como setas montones de aplicaciones online como esta.
Si todos los gobiernos del mundo publicaran libremente (y sin modificaciones ni manipulaciones) sus datos, que al fin de al cabo son públicos porque han sido recogidos con dinero público, se podría aprender y mejorar MUCHO en tantos ámbitos que no podemos ni hacernos una idea.
Desde la caída del muro de Berlín y las misiones de la OTAN nos “venden” unos ejércitos que realizan “misiones de paz”, que “median en conflictos”, etc. Dichos “conflictos” suelen ser disputas armadas entre Estados, guerras civiles, o confrontaciones étnicas y siempre con un componente “humanitario”. Incluso los “ataques preventivos” a los que nos han acostumbrado Dick Cheney, Donald Rumsfeld, y su marioneta George W. Bush, podrían tener sentido si se hiciesen con pruebas sólidas (lo de las “armas de destrucción masiva” es uno de los chistes más macabros de la historia) y con la legalidad en la mano.
El otro día estuve con Ana en una conferencia de Esteban Beltrán (Director de Amnistía Internacional España) organizada por la Escuela de Pensamiento Crítico de Le Monde Diplomatique.
Las reflexiones que de ella derivé, pertenecen a dos planos: el abstracto de “Los Derechos Humanos” y el tangible de “las ONGs”.
Empecemos por el tangible: la mayoría de ONGs, sobretodo las más conocidas y de mayor repercusión (mediática, gubernamental, sobre la opinión pública, etc), basan sus operaciones en un enfoque pragmático y especializado.
Haría falta un breve curso de economía, otro de historia, otro de filosofía, y otro de psicología para poner en contexto este post. Así que cada cual que saque de él lo que pueda/quiera/sepa, pero yo voy al grano, que esto es un blog, no un libro.
Norm O. Brown, en “Eros y Tánatos. El Sentido Psicoanalítico de la Historia” (Ed. de Belloch, p. 290) cita a Polanyi (al cual apoya Herskovits) en lo siguiente:
¿Qué tienen en común estas imágenes?
De Ulam a Kurzweil llevamos más de medio siglo debatiendo sobre lo obvio y aparente: la aceleración del cambio.
Se puede estar más o menos de acuerdo. Se puede ser más conservador o catastrofista con las predicciones. Pero lo que no se puede es negar el impacto que la aceleración del cambio, y la temida y anticipada singularidad, están teniendo en nuestra sociedad. Muchos, como Toffler o Naisbitt, se aventuran a especular sobre las sociedades post-industriales.