Por cierto, como continuación de mi penúltimo post, no nos olvidemos de la TV P2P, como con peercast.org, o Joost.
Esta mañana tenía una interesante discusión sobre motivaciones y actuaciones en la lucha contra el régimen restrictivo del copyright, y el activismo copyleft. Luego he abierto sesión en mi WP, y en vez de hablar sobre la metafísica de la motivación, voy a hacer lo que me gusta hacer: “hacer”. Caminante se hace camino al andar.
No van a parar la red, por mucho que lo intenten (como que el gobierno proponga a la SGAE como censora de internet).
Una desgracia habitual en nuestra sociedad, fomentada por los medios de comunicación, es la exaltación de los tipos equivocados de “héroes”: personajes de la farándula, deportistas, adinerados…
Chavales, despertad, no vais a ser cracks del fútbol, estrellas de rock ni famélicas supermodelos. Ni deberíais desearlo. Más nos valdría a todos que prefiriéseis estudiar, y fijaros más en lo que os rodea, y cómo mejorarlo.
-¿Cuándo perdimos la capacidad de asombrarnos por los verdaderos héroes?
Hoy he decidido no coger el iPod para pasear por el centro. He decidido que mis oídos captasen los que me rodea. Y es increíble lo que nos perdemos (bueno y malo) al llevar auriculares.
Pero más interesante ha sido bailar sin música: una de esas situaciones en la que el camino de dos personas se cruza en una acera, y las dos, de modo muy curioso, deciden rectificar sus caminos, haciéndolos coincidir una y otra vez.
Mucho se ha hablado de los microcréditos, y más desde que a su inventor le han dado el Premio Nobel. No voy a entrar en los méritos, ni en la crítica (que se le puede hacer y mucho) al invento. Pero sí que es cierto que el poder participar en los microcréditos, no sólo como receptor de los mismos, sino como emisor, a través de una web, hace que la idea sea de muchísimo mayor alcance, y por lo tanto su carácter revolucionario se vea incrementada considerablemente.
Mientras algunos se hacen pajas mentales con notarios para convencer a jueces de que esquilmar a la sociedad viviendo del cuento y falacias sobre soportes digitales y su uso, otros entendemos que con el contenido digital (o digitalizable) e impresoras 3D en casa, estamos a punto de vivir una transformación social sin precedentes:
– La “producción” se traslada a casa
– La “distribución” desaparece
– La “energía” (no sólo renovable, sino autoproducible, como la solar) en tus manos
Hace tiempo que los programas de autoedición (primero para impresión, luego animación, videojuegos, música y cine) permiten a CASI cualquiera con un ordenador y un programa (y, lo más importante) una idea, poder generar una obra completamente acabada y “profesional”.
Pero eso no es todo. Faltaba la publicación y la distribución.
En ayuda de la distribución (y promoción, aunque para eso hace falta muchas veces más materia gris y suerte que para crear la obra misma) llegó santa INTERNET.