– Quake live! Juega (aun en fase Beta cerrada) a Quake gratis online… y dile adiós a tu tiempo y productividad.
– Historical tweets: tweets divertidos (ficticios) con personajes históricos. Puedes crear el tuyo.
– Seesmic: video-comentarios en blogs. ¡Lo que me faltaba: ver tu fea carota de troll!
– Sobre emprendeduría online en España (Loogic) y EEUU (TechCrunchcon su cuestionable pero curioso mapa de startups mundial)
– Spotify: dicen que mejor que LaLa, Pandora, Last.
La noticia está en todos los medios (la necesidad de obtener una autorización online para viajar a EEUU sin visado… lo que parece un visado encubierto). A parte del obvio absurdo (¿acaso creen que TODO potencial viajero tiene acceso a la red? Eso va más alla del etnocentrismo) y la unilaterialidad, hay un detalle que no veo reflejado en la cobertura de la noticia. Se trata del mensaje de advertencia que aparece cuando se accede a la página en cuestión:
Tal y como publica hoy el diario valenciano Levante (gracias por el aviso Floppy):
El senador valenciano del PP José María Chiquillo es el encargado por su partido de exigir al Gobierno que Hacienda investigue a la Sociedad General de Autores (SGAE). Chiquillo ha iniciado una ofensiva para conocer las cuentas de la sociedad. Y estos días declaraba que sospecha que está vigilado por la SGAE. “Hay senadores de otros grupos que me han recomendado que tenga cuidado”, decía.
Hace tiempo que hay una campaña de concienciación y denuncia contra las actividades de aquellos que quieren tasar la vida patentando uno de sus elementos vitales: los genes. Aunque técnicamente se patente la “utilidad” de un gen, en efecto se patenta el gen, ya que para separarlo de su utilidad hay que anularlo, lo que equivale a eliminarlo.
Una de las muchas abominaciones de esta situación es que los genes van ligados inexorablemente a la vida, y la reproducción (método de transmisión, o “vulneracion de patente” en este caso) también.
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Necesitamos acciones reivindictivas de impacto, pero no violentas ni destructivas. Existe un palpable descontento sobre multitud de asuntos que no llegan suficientemente claros a los medios y los políticos: privacidad, canon, exigencia de transpariencia en Suciedades de Gestión, responsabilidad de directivos de entidades financieras, sistema de control de promesas políticas…
Las manifestaciones son difíciles de organizar, y no son lo suficientemente populosas a no ser que se trate de un tema “mayoritario” (o percibido como tal).
Ya hace años que existen empresas que ofrecen estos servicios, pero con la aparición de 23andme (y los megadólares de maridito-Google detrás) ahora está de moda hablar de ello.
Parece claro que estamos lejos de que un análisis genético personalizado arroje información significativa desde el punto de vista médico. No obstante si se sigue investigando, y con capacidades computacionales incrementándose exponencialemente, el momento llegará.
Más información y debate aquí.
Impresionante noticia en el WashingtonPost que envía Jeff a la lista de CPRS-es. Atención a esta frase:
Both Hutchins and Sheridan said the activists‘ names were entered into the state police database as terrorists partly because the software offered limited options for classifying entries.
O sea, que por un mal diseño de interfaz de usuario de un programa informático, los nombres de unos activistas terminaron en la lista de terroristas de la policía del estado.
