El otro día me descargué el documental de divulgación filosófica contemporánea Examined Life
Trailer oficial en YouTube
Distribuída por Zeitgeit Films
Ficha técnica en IMDB
Artículo en Wikipedia
Pero así como para el trailer, todos pensamos en YouTube, para la ficha en IMDB (o FilmAffinity), para info en Wikipedia, y tienen un distribuidor oficial para la comercialización… para la descarga (por ejemplo la interesante videoteca de humanidades doclecticos) y los subtítulos (por ejemplo solosubtitulos) es una auténtica jungla.
Me entristece que los DRM y las políticas de miras cerradas de algunas instituciones priven a los usuarios/clientes/ciudadanos de sus derechos. Pero no tenemos por qué quedarnos de brazos cruzados. Un ejemplo:
Estoy haciendo un curso online (institución y temática no vienen a cuento).
Por el motivo que sea (me imagino la desgastada colección de excusas que se suelen emplear en estos casos) la institución que me ofrece esta formación, no considera, pese a que haya pagado por ello, que la información en la que se basa el curso sea algo que yo quiera mantener para futura revisión y estudio.
De todas las personas del mundo, tenía que ser Campanilla quien me diese la noticia ¡MUCHAS GRACIAS!
Aunque no todos los medios lo publican, cada vez más se hacen eco de la noticia, por fin se ve llegar la alargada sombra de la justicia. Por fin, después de muchos años, de recopilar mucha información, y de las filtraciones adecuadas y el apoyo legal correspondiente, cae Goliat.
Como debe ser, como mola, sin medallas, sin focos, sin palmaditas… pero con la gran satisfacción de, por fin, ver tras los barrotes (y lo que más les duele: ver sus cuentas congeladas) a quienes siempre debieron estarlo.
En EEUU, donde cada estado impone sus propios impuestos, éstos se han convertido en un modo de intentar regular costumbres, ideologías y valores. Ejemplos:
En Nueva York, desde el año pasado, si compras un bagel (pan redondo con agujero en el centro) y pides que te lo corten por la mitad (o lo rellenen, o unten, por ejemplo con queso), desde 2010 te cobran 8 centavos adicionales por el impuesto de “bagel preparado”.
Si este gráfico no te indigna, no corre sangre por tus venas.
Algunos nos divertimos analizando (nada de Boomerang, sino Hex-Rays) el código de Stuxnet (no la versión inócua y parcial de HBGary que se encuentra en Github y que subió Crowdleaks, y no Anonymous como se dijo en principio, aunque en definitiva nacen de la misma madre), el heredero de Conficker, para que empleando los mismos zerodays se pueda controlar a voluntad, y que los miles de virus distribuídos que están dormidos puedan activarse, antes de que se autodesactiven el 24 de junio de 2012 (y antes de que saquen el parche del quinto zeroday, el que escala privilegios via Task Scheduler, aunque ya se sabe que a mí siempre me ha encantado jugar con el printspooler).
El proporcionar información estadística al INE es obligatorio para las empresas (según Ley 13/1996). De hecho, se las llama “informantes” (lo cual suena sospechosamente como los colaboradores de fascismos y distopías).
Ante este colaboracionismo compulsivo ¿cabe o tiene sentido la intoxicación estadística?