Puede que me precipite, pero cuanto más leo a Deleuze, más me gusta (aunque lo suyo sería llegar a otra conclusión, para ser coherentes con su pensamiento, claro, pero por otra parte, llego a mi propia conclusión, y de eso ser trata).
Centrado en el poder cuestionador de la vida, y recalcando siempre la importancia de “convertirse”, no de “ser”, es típico de post-estructuralistas de finales del siglo XX como Derrida y Foucault.
En un océano grande y profundo, como todos lo son, habitaba, entre muchos otros, un pez. Ese pez, como todos los demás, era especial. Pero, a diferencia de los demás, a él se le notaba desde fuera: en su rostro había algo que ningún otro pez tenía. Una sonrisa.
– Ese pez se cree superior – decían unos.
– ¿Cómo lo hace? – se preguntaban otros.
– Ha alcanzado el aquadharma – pregonaban los guru-peces.
Trasiego, planificación, racionalización, trabajo, esfuerzo, movimiento, concentración…
Y al final, el placer mayor del día llega de forma etérea: un smiley en un SMS, la brisa que entra por la ventana, junto con una acertada pieza de Chet Baker que emana de la casa de algún vecino (bendito vecindario en el que nadie ve la TV), el olor un nuevo incienso japonés…
Cuando todo nos parece que está mal, que todo está al revés… te das cuenta del placer de vivir.
¿Qué diría Marx (Karl, aunque sería interesante oir lo que diría Groucho también) si levantara la cabeza?
Es curiosa la reflexión que le viene a uno a la cabeza al observar las tiendas de Apple: centradas en Producir (vídeo profesional, música, etc). Te permiten navegar, emplear los ordenadores, imprimir… el consumidor se convierte en productor. El trabajador obtiene el uso y resultado de los medios productivos (aunque sea temporalmente) en una extraña liturgia del siglo XXI donde la producción suplanta al consumo para, al desasociar la identificación, hacer sentir al consumidor que tiene un poder, el poder según Marx, en vez de darse cuenta de la treta de marketing que le incita al consumo… perversamente brillante, enfermizamente diseñado, patéticamente significativo.
Quiero un mundo donde el código esté programado en verso. Donde la poesía sea binaria. Donde la información huela bien.
El otro me agrede. Por eso no he entendido nada hasta que he entendido el amor. Porque 1+1=1
Escuchando “Step outside” de los Housemartins, el estribillo, dice:
And if you‘ve ever crossed your heart and hoped to die
The voices in your head saying you must cry
Then there‘s more to you than meets the eye
But if you go about your business with capital b
They‘re sure to cut you up with a capital c
And then you will be dead with a capital b
Como en tantas ocasiones, la mente de uno divaga, más alla de tabúes y mojigaterías, esta vez hacia el concepto de suicidio.
Desde que naces te dicen lo que hacer, sentir, pensar…
intentan “ordenarte”
Te rodean y te sientes con el agua al cuello
falsedad, consumismo, alienación, evasión…
Todos haciendo el mono, siguiendo la música de… ¡otro mono!
creen que “el lider”, “el famoso”, “el vecino”, “la sagrada escritura”, “el partido”, “el gurú”, “el experto”… sabrá lo que hay que hacer, cuando en realidad es ¡otro mono!
YA BASTA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Así que mira dentro de ti, dentro de tu corazón.