Desde postes inclinados hasta árboles arrancados de cuajo, tras el huracán Sandy hay muchos signos de destrucción en Nueva York.
Me tuve que quedar en el apartamento de Stepahnie (¡gracias de nuevo!) hasta el lunes, porque mi edificio seguía sin luz. E incluso, tras regresar la electricidad, el teléfono e internet tardaron dos días más en regresar.
Hubo mucha gente que no tuvo tanta suerte, con todos los hoteles a tope, y se tuvieron que quedar en casa durante días sin electricidad o agua.
Nota: Empieza el vídeo en 33:33 (no ocurre absolutamente nada antes de ese punto, más que gente esperando a que los panelistas se suban al escenario).
Martin Hägglund (profeso rasociado de literatura comparativa y humanidades de la Universidad de Yale) y Adrian Johnston (profesor del departamento de filosofía de la Universidad de Nuevo Mexico en Albuquerque y miembro docente del Instituto Psicoanalítico Emory de Atlanta) ambos leyeron largos y endogámicos discursos sobre Heidegger, conceptos clásicos de filosofía, y “cánones” obstinadamente estrechos de miras.
El jueves fui a 319 Scholes para asistir a la inauguración de “Collect the WWWorld: The Artist as Archivist in the Internet Age”.
Más allá de la anecdótica multitud de post/pre hispters, la exposición en sí misma es una triste celebración de ruido. Lo que, en sí mismo, es un punto de partida tan válido, o no válido, como cualquier otro en el inacabable debate sobre el arte (y más si nos referimos a contemporáneo, electrónico, net, etc).
El viernes fui a la NY Comic Con, supongo que como todo el mundo, con la idea de divertirme, de experimentar de primera mano uno de los “principales eventos” a los que puede asistir un verdadero geek nerd. También quería charlar con Cory Doctorow, con quien por cierto al final no pude coincidir. Hacía años que no lo veía, y era la “excusa” perfecta para asistir.
Cuando llegué me sorprendió el tamaño.
Otoño.
Mi piel cae y la tuya no está ahí.
Me dirijo al lienzo, pero no es color con lo que quiero manchar tu blancura.
Me giro hacia la pantalla blanca, pero no es luz lo que busco.
Me enfrento a la página en blanco, pero las palabras no me ofrecen consuelo.
Entonces mi piel cae en el marfil del piano.
Los dedos bajan resbalando por cada tecla.
Caricias que no se quedará el aire.
Hay muchos eventos aparentemente “pequeños” a lo largo de la historia a los que no prestamos mucha atención, cuando en realidad ofrecen lecciones muy importantes. Siempre hablo de los ejemplos históricos de éxitos cooperativistas y anarquistas a lo largo de la historia. Pero esta vez quiero comentar un hecho histórico muy distinto: el intento de colonización de Greenland por parte de los noruegos.
Cuando los noriuegos intentaron colonizar Greenland, los inuits ya vivían allí.
El jueves me invitaron al pase y debate “Graffiti – PostGraffiti” en el New Museum de Nueva York.
Estaban los de siempre. Los participantes en el debate (Pattie Astor, Fab Five Freddy, Lady Pink, y Lee Quinones), muchas viajes glorias y un par de chavales aspirantes a bomber que seguro llenaron de tags los muros esa noche.
Lo que comenzó como una celebración, recuerdo, y comunión, a medida que avanzaba la liturgia se convertía en una dolorosa reivindicación e incluso un ataque purista.