En EEUU, donde cada estado impone sus propios impuestos, éstos se han convertido en un modo de intentar regular costumbres, ideologías y valores. Ejemplos:
En Nueva York, desde el año pasado, si compras un bagel (pan redondo con agujero en el centro) y pides que te lo corten por la mitad (o lo rellenen, o unten, por ejemplo con queso), desde 2010 te cobran 8 centavos adicionales por el impuesto de “bagel preparado”.
Como se ve en esta infografía (principales juicios relacionados con patentes en el mundo de las telecomunicaciones), las patentes sólo sirven para generar confusión, desgaste, y barreras de entrada (o eliminación del que tiene menos recursos que aplicar a bogados y todo el proceso) en una guerra que se libra en los tribunales.
Seguimos perpetuando la patología cultural de roles y estereotipos, y queda patente cuando analizan las palabras más empleadas en los anuncios de juguetes para niños:
y niñas:
Recopilación de Zeit Online sobre los datos (y juicio) del seguimiento del teléfono del político Malte Spitz, junto con datos libremente disponibles en la red (Twitter, blog, webs, etc). El resultado da miedo.
Si este gráfico no te indigna, no corre sangre por tus venas.
El proporcionar información estadística al INE es obligatorio para las empresas (según Ley 13/1996). De hecho, se las llama “informantes” (lo cual suena sospechosamente como los colaboradores de fascismos y distopías).
Ante este colaboracionismo compulsivo ¿cabe o tiene sentido la intoxicación estadística?
Ana (gracias) me envía este interesante artículo sobre el preocupante crecimiento de espacio dedicado a cultivo de transgénicos.
Aquí os dejo el enlace a un documental (contraseña del archivo: worldchangemedia.com) titulado “Food Matters” (y sus subtítulos, no olvidéis ponerle el mismo nombre que al archivo de la peli).
¡Salud!