Entre el Presidente de la Suciedad General de Autores y Editores (sindicato vertical anteriormente conocido como Sociedad General de Autores Españoles, nótese el cambio) calificando el nuevo canon digital (por el cual parte del coste de adquirir determinado equipamiento electrónico para, por ejemplo, hacer fotos de mis hijos) de “miseria” pese a su importe inicial estimado de 120 millones de euros (a añadir al resto de cánones que ya van a sus bolsillos), y Universal Music Group diciendo ante un tribunal que con la mera inclusión de una pequeña frase impresa en un CD ese CD pasa a ser propiedad de ellos (aunque lo compres) in eternum, me parece que este sector y sus miserias y abusos están tocando fondo.
Ni puta idea. Esa es la conclusión que uno saca tras analizar un par de noticias que, puestas juntas, dan risa.
Por un lado los británicos, que no tienen la excepción de la Copia Privada en su ley de Copyright, a la luz de los datos de un estudio que demuestra que el 95% de la gente copia audiovisuales igual, aunque allí sea ilegal, se plantean si instaurar un sistema como el nuestro (con copia privada y canon).
Bill, del Consejo de Investigación Nacional de Canadá, envía un enlace a este artículo de Wired en el que se cita el estudio “Blogs and Military Information Strategy” escrito por James Kinniburgh y Dororthy Denning (sí, la misma que cuando era Directora del Departamento de Informática de la Universidad de Georgetown apoyaba al “Clipper Chip”) para la Joint Special Operations University (militares de EEUU) en 2006. Dicho estudio analiza el fenómeno blogger y el ejército (debate que trae cola: si son una pérdida de tiempo, un riesgo… o un arma).
Según este interesantísimo artículo (recomiendo su lectura íntegra) de Hexview, el Sistema de Monitorización de Presión de Neumáticos (TPMS) de todos los vehículos modernos contiene un sensor (que mide la presión de la rueda) y un transmisor que se comunica con el ordenador de abordo mediante texto plano usando una frecuencia de radio (normalmente, 315MHz o 433MHz).
No hace falta ser demasiado paranóico para entender que este mecanismo se puede emplear para monitorizar a cada vehículo (los TPMS llevan números de serie, por lo que es fácil identificar cada vehículo), o para poner multas.
(Me avisa Juan de lo que publica Yonderboy en Barrapunto): da igual que el proceso estuviese plagado de corrupción, irregularidades, y escándalos. Micro$oft ha ganado, y los ciudadanos/votantes/contribuyentes/usuarios de este planeta hemos perdido. Poderoso caballero… algún día caerás.
Análisis.
Que las discográficas y suciedades de gestión colectiva quieren criminalizar las redes P2P (que están batiendo records) y sus usuarios en contra de lo que dice la UE (que quede claro que ni descargar ni ofrceer enlaces a contenido con © como hacen MiniNova, isoHunt, o The Pirate Bay, es hoy por hoy delito: caso sharemule) es por todos conocido. Que las propias empresas de telecomunicaciones (ISPs) parece que quieran hacer lo mismo (a través de RedTel, ya sea por las presiones recibidas o porque quieren entrar en el negocio de la generacion y comercialización de contenidos) nos ha sorprendido recientemente.
El fabricante de máquinas de voto electrónico Sequoia ha enviado al famoso profesor de Princeton Ed Felten y su colega Andrew Appel una carta en la que amenaza con demanda judicial si el estado de New Jersey les envía una máquina de voto (tal y como han solicitado, para un estudio). ¿La base de esa “demanda”? “Propiedad Intelectual” ese paraguas amenazador que sirve para cualquier tipo de censura y restricción sobre la información.