Algunas preguntas absurdas e hipócritas que se encuentran en el formulario DS-160, necesario para conseguir un visado en EEUU:
¿Tiene alguna enfermedad mental o física que constituya o pueda constituir un peligro para la seguridad suya o de los demás? ¿Es o alguna vez ha sido consumidor o adicto a drogas? ¿Ha violado o conspirado para violar, alguna ley en relación a sustancias controladas? ¿Viene a los EEUU para obtener prostitución o ilegalmente comercializar vicio o se ha prostituído o requerido prostitutas en los últimos 10 años?
Vergonzoso. Deberíamos estar todos avergonzados. Por lo menos podemos acceder a sus palabras.
Tras 36 años de democracia, [España] es el segundo del mundo en número de desaparecidos después de Camboya
Fuente Camps absuelto, Urdangarín parece que se libra… y Garzón al banquillo. ¿Y me preguntan por qué digo que soy “europeo” y no “español” o “valenciano”?
Este no va a ser uno de esos posts profundos, analíticos, reflexivos (como si alguna vez hubiese escrito uno 😉 ). Simplemente necesito desfogarme.
El pasado sábado, en la calle Prince, en medio del Soho, un hombre (no mencionaré su nombre porque, como veréis, no merece publicidad) daba CDs a los que pasaban. Como con cualquier cosa digital, sentí la necesidad de averiguar más, así que lo cogí. Y antes de que pudiese leer la carátula, dijo “¿vas a pagarme o qué?
Ayer fui a la Biblioteca Pública de Nueva York (NYPL) a ver “Hable con ella” de Pedro Almodovar, parte de una serie de proyecciones de películas de Almodovar en la NYPL. Pero para mi sorpresa, la proyección (y las restantes del ciclo) había sido cancelada.
Hablé con la persona del mostrador de información, que me dijo que la Sociedad de Autores (será la abominable SGAE, que no merece un enlace en mi blog) y la productora de Almodovar (El Deseo Producciones) habían subido lo que previamente estaban exigiendo por royalties o compensación por las proyecciones (gratuitas) de las películas (que ni siquiera están en los cines actualmente), y que la cantidad que pedían ahora era tan alta que la NYPL no se lo podía permitir, con lo que han tenido que cancelar las proyecciones.
La red estaba que trinaba esta semana. Tras el maravilloso levantamiento contra SOPA y PIPA, la nueva batalla parece centrarse en el anuncio de Twitter de que permitirá censura por países. No importa que sean abiertos sobre el tema (a diferencia de Facebook), ni que hablen de sus oficinas y empleados en países donde la censura es la ley… si oyes “censura” y “red” ¡levántate y grita! Wired tiene un interesante artículo sobre ello.
Cuando Émile Durkheim escribió sobre el concepto de anomia (basándose en el trabajo de Jean-Marie Guyau) en su libro Suicide de 1897, habló de un extremo de la anomia: una sociedad con demasiada rigidez y poca discreción individual que causa un desajuste destructivo (desregulación moral y ausencia de aspiraciones legítimas).
Esto está ocurriendo en el mundo del siglo XXI, en muchos países: aquellas sociedades totalitarias (militar o religiosa) donde la norma social, expectativas, y represión conforman una jaula al rededor del indivíduo, desposeyéndolo de su individualidad,sus aspiraciones, sutílmente (o no) imponiendo un corset social donde el indivíduo no puede ser él/ella mismo/a, concentrándose sólo en respirar, sobrevivir…