Ayer tuve el enorme placer de ver Infinite Line de Sara Sze en la Asia Society.
Definitivamente un placer, una exposición que no hay que perderse, y fiel al objetivo de Sarah: obras que no pueden ser capturadas por una fotografía (por cierto, los procelosos del copyright de la Asia Society no te dejan sacar fotos de cualquier modo).
Una de las muchas piezas interesantes expuestas en The Ungovernables del New Museum es Venn Diagrams de Amalia Pica. El texto que acompaña (parte de) la obra dice:
Durante la dictadura en Argentina en los 1970s, las reuniones de ciudadanos eran controladas pues se consideraban una amenaza para el gobierno. A la vez, la teoría de grupos y los diagramas de venn fueron prohibidos de los programas escolares de primaria porque podrían convertirse en un modelo para el pensamiento subversivo.
¿Quieres mejorar tu privacidad online? Instálate HTTPS y Collusion.
Esta es la historia de un Visado L1. Intentaré resumirlo, pero hay detalles que necesitan ser explicados para ser creídos…
En agosto de 2011 pensé en abrir una subsidiaria en EEUU de mi empresa de software, así que decidí trasladarme a Nueva York para ponerla en marcha y dirigirla. Ya que necesitaba un visado (formulario I-129) para vivir y trabajar en los EEUU, contacté con un abogado de inmigración (formulario G-28 y miles de dólares) a través de un amigo, y comenzamos el proceso.
Algunas preguntas absurdas e hipócritas que se encuentran en el formulario DS-160, necesario para conseguir un visado en EEUU:
¿Tiene alguna enfermedad mental o física que constituya o pueda constituir un peligro para la seguridad suya o de los demás? ¿Es o alguna vez ha sido consumidor o adicto a drogas? ¿Ha violado o conspirado para violar, alguna ley en relación a sustancias controladas? ¿Viene a los EEUU para obtener prostitución o ilegalmente comercializar vicio o se ha prostituído o requerido prostitutas en los últimos 10 años?
El lunes me reuní con el Director de Tecnología de una de las mayores administraciones públicas en Washington DC.
Su oficina era sorprendentemente pequeña y funcional comparada con las grandes y palaciegas oficinas gubernamentales de Europa. Un buen recordatorio de cómo la burocracia europea y el gasto de la propia administración nos está ahogando. Pero lo que me llamó la atención más fue el mayor cuadro en su oficina: no era Obama, un diploma, una foto familiar, una bandera… era esto: