Fantástico análisis estadístico (que además incluye el acceso a los datos y a un motor de visualización con el que podemos jugar y descubrir muchas más conclusiones) sobre la evolución de los grandes éxitos de la música desde 1960 a 2010.
¿Algunas conclusiones?
Los éxitos se mantienen curiosamente estables a 120 BPM Los temas cada vez duran más Los temas cada vez tienen un volumen más alto Los temas que alcanzan el Top de las listas de éxitos se mantienen en ellas más tiempo Si esto mismo podemos concluir de los platos de restaurantes, la publicidad, los titulares, las relaciones interpersonales o la tecnología, que a nadie le extrañe lo que comentábamos ayer en un grupo de estudio de psicoanálisis: las “nuevas” “patologías” y “epidemias” deben ser analizadas en su contexto sociocultural.
En EEUU, donde cada estado impone sus propios impuestos, éstos se han convertido en un modo de intentar regular costumbres, ideologías y valores. Ejemplos:
En Nueva York, desde el año pasado, si compras un bagel (pan redondo con agujero en el centro) y pides que te lo corten por la mitad (o lo rellenen, o unten, por ejemplo con queso), desde 2010 te cobran 8 centavos adicionales por el impuesto de “bagel preparado”.
Como se ve en esta infografía (principales juicios relacionados con patentes en el mundo de las telecomunicaciones), las patentes sólo sirven para generar confusión, desgaste, y barreras de entrada (o eliminación del que tiene menos recursos que aplicar a bogados y todo el proceso) en una guerra que se libra en los tribunales.
Seguimos perpetuando la patología cultural de roles y estereotipos, y queda patente cuando analizan las palabras más empleadas en los anuncios de juguetes para niños:
y niñas:
Recopilación de Zeit Online sobre los datos (y juicio) del seguimiento del teléfono del político Malte Spitz, junto con datos libremente disponibles en la red (Twitter, blog, webs, etc). El resultado da miedo.
Si este gráfico no te indigna, no corre sangre por tus venas.
Algunos nos divertimos analizando (nada de Boomerang, sino Hex-Rays) el código de Stuxnet (no la versión inócua y parcial de HBGary que se encuentra en Github y que subió Crowdleaks, y no Anonymous como se dijo en principio, aunque en definitiva nacen de la misma madre), el heredero de Conficker, para que empleando los mismos zerodays se pueda controlar a voluntad, y que los miles de virus distribuídos que están dormidos puedan activarse, antes de que se autodesactiven el 24 de junio de 2012 (y antes de que saquen el parche del quinto zeroday, el que escala privilegios via Task Scheduler, aunque ya se sabe que a mí siempre me ha encantado jugar con el printspooler).