Ayer hizo un día soleado (frío pero con poco viento). Tras una extensa e interesante reunión con un cliente japonés, hijo de un monje budista (que me hizo un regalo, y que hablaba, a través de su intérprete, de negocios con muchos ceros de una forma tan tranquila y profesional que da gusto) y su socio americano, en un lujoso hotel del centro, decidí dar un “paseo de vuelta a la tierra”.
En “The Evolution of God”, Robert Wright escribe a cerca de la evolución de “Dios”, desde el genocida que en el Viejo testamento reclama la masacre de los Amalekitas (“Ahora id y atacad Amalek, y destruid completamente todo lo que tienen, y no tengáis piedad. Matad a hombres, mujeres, niños y bebés” -1 Samuel 15:3), al “Dios” misericordioso que la Iglesia de San Pablo (que no del arribista político conocido como Jesús) nos intenta vender.
En la portada del International Herald Tribune del pasado día 12 una noticia sobre un caso de corrupción en BlackWater (el servicio paramilitar privado que subcontrata el gobierno norteamericano desde la invasión de Irak) pone al descubierto cifras y manipulaciones realmente aterradoras.
En septiembre de 2007, mercenarios de BlackWater, pagados por el gobierno norteamericano, asesinan a 17 civiles en Baghdag. Para acallar las críticas populares de los iraquíes, que le podrían haber costado a BlackWater la licencia y el contrato del Pentágono, uno de sus directivos envía un millón de dólares a políticos iraquíes.
El Wall Street Journal Europe publica hoy un editorial que merece un aplauso.
Ante la oleada de muestras de ADN que el gobierno británico está tomando y archivando (ya llevan el 10% de la población: todo el que ha sido arrestado, haya sido o no enjuiciado, culpable o inocente, incluso niños de 10 años) la editorial recuerda a los defensores de tan draconiana medida como Matthew Zarb-Cousin (que propone extenderla a toda la población) que cada vez más funcionarios tienen acceso a dicha base de datos, y que eso es muy peligroso (mal uso, errores, abuso…).
Ana me envía (gracias) este artículo de El País no tiene desperdicio. Los hechos hablan por sí mismos. Una verdadera vergüenza, que deja descaradamente al descubierto la manipulación que un gestor público deshonesto puede hacer del arte contemporáneo en su propio beneficio (o en el de su hijo, en este caso).
Thomas L. Friedman, en su artículo “Trucks, trains and tres” del International Herald Tribune del pasado día 12, dice que las emisiones de CO2 de TODOS los coches, trenes, aviones, y barcos del mundo juntos son MENOS que las que se producen (el 17% del total) por quemar la selva tropical para deforestarla.
Ya hemos permitido que desaparezca el 20% de dichas selvas. ¿Vamos a permitir que sigan y encima nos llamen a nosotros “consumistas contaminadores”?
Michael escribe (gracias Todd) que gracias al testimonio de Richard Shaeffer (Director de Aseguración de Información de la NSA – Agencia de Seguridad Nacional de EEUU -) al Subcomité Judicial sobre Terrorismo y Seguridad Interna del Senado de EEUU nos enteramos de que:
Trabajando junto a Microsoft y elementos del Departamento de Defensa, NSA ha aportado su conocimiento operacional y experiencia única en riesgos a sistemas y vulnerabilidades para mejorar el Sistema Operativo de Microsoft….