-¿Alguno de vosotros recuerda lo que era dejar la radio en marcha, con una cinta virgen de cassette, y el botón de grabar apretado, mientras os ibais a dormir?
Incluso los del lado oscuro están recordándolo con nostalgia (“ah, que tiempos aquellos cuando con sólo sobornar al de los 40, o a un DJ, conseguías un éxito de ventas, sin necesidad de OTs ni de juicios”).
Pero, entonces, -¿por qué les asusta la red, que en definitiva es lo mismo?
Según el estudio La Sociedad de la Información 2006 de la Fundación Telefónica, soy un technogeek del copón porque tengo y uso: tel móvil, fijo, inalámbrico, fax, cámara digital, cámara de vídeo, mp3, vídeo, dvd, hi-fi, home cinema, parabólica individual, TFT, PC, consola, PDA, wifi, blackberry, sistema de seguridad, dispositivos domóticos, y GPS en el vehículo. Lo que me coloca entre el 5% más geek del país.
Además, les faltan cosas, como TDT, reproductor de vídeo portátil, modem USB portátil Tarifa Plana, accesos biométricos… sólo me falta la conexión neuronal de eXistenZ 😛
Sin comentarios.
Ni GNU/Linux, ni Windows, ni Mac, ni… na.
Lo que más me llama la atención ahora mismo en el entorno de los Sistemas Operativos son los Sistemas Online. En un principio asusta que no tengas el sistema en tu máquina, que no tengas control. Pero si lo piensas, con suficiente diversidad, y proyectos libres suficientes, podría significar un cambio de paradigma muy interesante. Eso siempre y cuando los ISP dejen de dar asco, y nos ofrezcan buenas conexiones a buenos precios.
Siempre he querido retomar las clases de piano que tuve que dejar de pequeño (recibí dos años mientras el colegio las ofrecía gratuítas).
-¡Pero al ver esto me entran ganas de aprender guitarra!:
Los paranóicos no nos terminamos de fiar de nadie. Ni de los que fabrican aparatos para paranóicos. Pero hay que reconocer que esto tiene “gancho”:
Basado en AES 256 y Twofish, código abierto verificable, cuatribanda, y aunque caro, no es inalcanzable.
Me gusta coleccionar relojes. No son un símbolo de estatus, ni una herramienta sin más (para eso ya estamos rodeados de relojes: en la pantalla, el móvil, el coche, la pared de la oficina, la calle, la TV…). Para mí son puro diseño. Estilo.- No es que ayuden a definirme, ni siquiera a mostrar mis preferencias al mundo. Más bien el atesorarlos es un tributo a sus creadores.
Definitivamente quiero uno de estos.