Pensándolo bien, gracias por "descalificarme"
Estaba ya a punto de irme a dormir (sin hacer mis deberes, pese a que en 3 días tengo que entregar 3 trabajos fin de curso para Harvard que no he empezado todavía, por culpa de todos estos “jaleos P2P”… y luego dirán que mis notas han empeorado ;-), y me acabo de dar cuenta de que me / nos han hecho un favor a todos.
Los Trolls / empleados de SGAE / Promusicae / Discográfica y otros parásitos que han intentado desprestigiar mi mensaje descalificándome a mí a través de un punto en mi currículum (el haber cursado estudios en una universidad que ha cerrado, y que algunos han cuestionado por motivos varios), en realidad me han hecho un favor a mí, y otro más grande a todos los demás.
A mí me han hecho el favor de la “desmitificación”. Me empezaban a hartar e incluso preocupar los comentarios de los impresionables que otorgaban valor a mis palabras por mi currículum. Pero más me molestaban aquellos que me mostraban su respeto por ese mismo CV, sin ni siquiera conocerme personalmente o haber oído una conferencia o leído un artículo mío. Quizá esto les haga entender que todos somos PERSONAS (los profesores, los jueces, los vecinos…), no títulos con patas. Y que lo que importa es lo que tenemos en la cabeza y en el corazón, no en nuestro CV (y eso lo dice alguien a quien beneficia este sistema de “titulitis”).
Además así (con dudas y ataques personales) podré evitar que se me convierta en cabecilla, abanderado, mártir o lider de nada, para mantenerme lo más independiente posible.
Pero, sobretodo, nos han hecho un favor a todos, porque van a conseguir lo que siempre pido en mis conferencias y clases, y rara vez ocurre: que se analice críticamente TODO, incluídas mis palabras. No os fiéis de los medios de comunicación, ni de la “postura oficial”, ni de la ley, ni de los famosos, ni de… Mí. Fiaros de los datos, de los estudios empíricos (bien hechos), de los experimentos científicos contrastados. Fiaros de vosotros mismos. Que no os manipule nadie. Ni yo, ni ellos.
Ahora, el que quiera pensar que yo estoy “fuera de juego”, que lo haga. Pero en vez de “buscar otro lider”, que coja la bandera él mismo. Que se informe, que sea crítico, que contraste los datos y debata, y que llegue a una conclusión. Quizá entonces se dé cuenta de que mis palabras (no mi persona) eran lo importante.
Apuntad siempre a donde más les duele: a la cabeza. Y disparad siempre con lo que más daño hace: las ideas, la razón.
Volvamos al espíritu de la Ilustración.