Disney: esa máquina de perpetuar valores erróneos
Ayer fui a ver la película “Encantada” (total chick flick, don‘t ask). Por supuesto no es mi tipo de película, pero como cinéfilo y persona crítica siempre hay cosas interesantes que entreleer en cualquier producción.
Entre muchísimas cosas curiosas (y la hermosísima Amy Adams) hay algo que destaca mucho mucho: los valores que este nuevo engendro de la factoría Disney transmite a los más vulnerables (niños y románticos empedernidos). Sin estropear el final, ni contarle a nadie nada que no quiera saber: -¿por qué para mostrar el éxito de los personajes “buenos” al final de la película se muestra una empresaria triunfando y dos escritores de bestsellers? El “y vivieron felices y comieron felices” ("they lived happily ever after" I swear) se ha transformado en “y ganaron dinero”. -¿No sirve con una escena de amor, un abrazo, una mirada, un beso?
Al espectador hay que darle cosas que pueda digerir, y el amor eterno e incondicional es algo que muy pocos podemos afrontar, mirar a la cara, y seguir viviendo sin él. Y peor todavía si hay que vivir sin esperanzas de que jamás aparezca o se haga realidad. Pero claro, ganar dinero, todos saben que con mucho esfuerzo y un poco de suerte todos nos podemos convertir en empresarios de éxito y escritores de superventas. -¡Una mierda! DESPERTAD Ni vais a ser modelos, ni estrellas del fútbol, ni empresarios de éxito, porque si eso es lo que queréis, tendréis que pagar el precio y no tenéis ni idea de lo caro que puede resultar.
-¿Por qué no basta con sentir el viento en la cara, ayudar a un necesitado, aprender una cosa nueva…?
Que no te digan lo que es la felicidad, y mucho menos cómo tienes que buscarla. Que le den a la Disney. VIVE. Nadie te va a dar la felicidad, ni decirte dónde está si no sabes dónde encontrarla. VIVE tu vida, no el espejismo de la vida de otros en papel maché o la gran pantalla. Y sé feliz si sabes cómo, si quieres, y si te atreves.