Elecciones: burla y estafa
Podría llenar blogs y blogs (-¿o sería “posts y posts”?, la verdad es que con el papel está más claro: páginas y páginas) hablando, y mal, de la “Democracia Representativa”. Pero me voy a centrar en dos aspectos muy puntuales que me llaman poderosamente la atención:
BURLA
“El período de reflexión”
Dura 24 horas. Ni más ni (-¿cómo podría?) menos.
-¿Se supone que no reflexionamos antes o después? Antes, la verdad es que el bombardeo mediático y el conocido miedo a pensar y la ausencia generalizada de espíritu crítico, hace que no sea muy común la reflexión. Y después… -¿para qué? La mayoría de gente se siente parte de un sistema, que le rodea, le abruma, y sumisa a él, le anula.
Y, por cierto, -¿“reflexión”? -¿Cuál? -¿“Tú o yo”, “ZP o RJ”…? La falta de participación activa en los procesos legislativos (por no entrar en otros poderes más esotéricos) limita la reflexión como antesala de la acción a una mera disyuntiva cuatrianual. Patético.
ESTAFA
“Obligación de participar en una mesa electoral”
No es que esté a favor de la obligatoriedad de participación en los comicios electorales, como ocurre en otros países. Pero eso es más defendible (ya que se aboga por una Democracia “Representativa”, esa es la forma de garantizar la auténtica representatividad) que el absurdo de no ser obligado a votar, pero sí trabajar gratis para el estado un día, formando parte de ese circo que es el voto por “sufragio universal”.
Creemos que los griegos de la antigí¼edad son los padres de la democracia. No es así, pues esta es mucho más antigí¼a. Pero sí podríamos aprender una cuantas lecciones de ellos, pues probaron mútiples y variados sistemas y regulaciones dentro del marco “democrático”. Como por ejemplo la obligación de los ciudadanos (no todos, eso es cierto) de participar en los debates políticos.
Seamos serios. Una cosa es que “el contrato social” me cuasi-imposibilite el renegar de el sistema en el que estoy innmerso. Pero otra muy distinta es que éste me obligue a trabajar para él. Y aunque este razonamiento es el que se puede y debe emplear para cuestionar los impuestos, es mucho más potente y plausible en el caso de la obligatoriedad de formar parte de una mesa electoral. Esperemos que nunca “me toque”, porque si de objetor pasé a insumiso en la época del servicio militar, en este caso me convertiría en saboteador 😉