Achaquémoslo a mi ignorancia, así nadie se sentirá ofendido ni tendrá que asumir responsabilidades. Pero si no lo digo, reviento.

El viernes 24 de abril mi chica y yo asistimos a las conferencias “Más allá de Darwin: El camino co-evolucionario del arte, la tecnología y la consciencia” que impartían miembros del Planetary Collegium, y organizaba Nuevos Medios de la Sala Parpalló en el Centro Cultural de la Beneficencia.

Con un programa tan interesante, tantas ponencias, y una  presentación por parte de las responsables de Nuevos Medios y de la Sala Parpalló en la línea de “el acto más importante de la temporada” “nuevo paradigma” “imprescindible” estaba claro que interesante tenía que ser.

Pero no. 

Tras asistir a las ponencias de Wanda Gregory, Natasha Vita-More, Margarete Jahrmann, y Elif Ayiter, a la sombra del que fue-y-allí-quedó Roy Ascott, decidimos que ya era bastante. Sobre el papel todas sus líneas de investigación/arte (y así, al añadir el término “investigación” dejan con la boca abierta y con sensación de incapacidad de criticar a los expertos en arte, a la vez que al añadir el término mágico “arte” eluden todo escudriño racionalista y todo proceso de peer review y crítica) son realmente interesantes. Pero luego te das cuenta que cualquier n00b de la Campus podría hacer eso y mucho más sin tanto presupuesto ni tanta aura de “artista cibernético”.

Cada vez tengo más claro que en el arte de los nuevos medios lo que realmente importa es lo que el artista  quiere transmitir (elucidado vía un canal y un código generalmente consensuado, como la palabra) y no lo la sopa de acrónimos, buzzwords, y esoterismos varios tras los que generalmente se esconde nada más y nada menos que la ausencia de talento.