Hoy, en la recepción/lobby del gimnasio, un hombre esperaba sentado a que su mujer saliese de clase de yoga. Cuando por fin lo hace, él se levanta para saludarla, se siente mareado, pierde la consciencia, y se desploma al suelo, golpeándose la cara.

Dos hombres, que salían en ese momento, pasan por encima de él. Ni preguntan qué pasa, ni ofrecen ayuda.

Finalmente, la mujer (que ha presenciado todo paralizada de miedo) reacciona, lo despierta, se asegura de que la sangre que le sale de la órbita del ojo no es nada grave, y se van. Bienvenido a NY.