El 28 de septiembre de 2011, Hou Hanru, Director de Exposiciones y Programas Públicos en el Instituto de Arte de  San Francisco dijo en una conferencia (Curator‘s Perspective) en Nueva York:

Creo que la peor exposición del mundo es la exposición que se organiza como un libro. Esto lo vemos a menudo, una exposición que toma la obra de arte como una ilustración de un concepto. Creo que una exposición no es necesaria para eso: francamente, es demasiado cara. A través de exponer debemos invertir el dinero, tiempo y energía para producir un lenguaje que no pueda ser reemplazado por otras formas.

Intrigado por este argumento, he estado viendo las grabaciones del ciclo de conferencias The Critical Edge of Curating que tuvo lugar en el Museo Guggenheim del 3 al 4 de noviembre de 2011. Aquí van algunas frases más para reflexionar:

Para muchos curadores y artistas que trabajan hoy, la exposición ya  no sirve como la manifestación de su trabajo. Para algunos, es simplemente un paso en una trayectoria de investigar y planear. Para otros se ha convertido en un modelo completamente prescindible.

Anton Vidokle  (e-flux) dijo:

Veo al artista como alguien que ve arte como una parte integral de la vida social humana y que puede descubrir o renunciar a una identidad social en su encuentro con el arte.

Creo que en el futuro, el arte de nuestro tiempo puede perfectamente convertirse en incomprensible por lo increíblemente contingente a nivel histórico que parece. Para poder comprender el arte de hoy en el futuro puede que tengas que reproducir el contexto específico de nuestro tiempo al detalle. Series de TV, revistas de moda, películas de Hollywood, música popular, comics, publicidad de supermercados, y demás, lo que es algo que va mucho más allá de lo que el texto didáctico en una pared de un museo hace por la pintura del Renacimiento, por ejemplo.