Como sucede a menudo cuando experimento algo tan sublime, me gustaría que mis seres queridos estuviesen allí para compartirlo conmigo.

Alguien dijo que cuando no puedes o no sabes cómo compartir, te conviertes en un exhibicionista. ¿Será por eso que tengo un blog?

En cualquier caso, después de ver una pequeña presentación sobre las características de seguridad y resistencia a los terremotos del ascensor más rápido del mundo, construido por Mitsubishi, subo a él, y a 750 m/s llegamos a la cima en el piso 69. La vista, por supuesto, impresionante. A la par con Tokyo Sky Tower. Increíble.

Durante un rato me quedé allí, mirando hacia el horizonte, hipnotizado por las luces parpadeantes y absorto en pensamientos metafísicos.

Casi decidí no sacar fotos. Después de todo, las cámaras de los teléfonos no son muy buenas por la noche, y no había manera de capturar toda esa maravilla. Pero la fotografía era la única manera que se me ocurrió (a parte de escribir un haiku, que por desgracia no es uno de mis puntos fuertes) para compartirlo, así que ahí arriba están: Yokohama y Tokio, una imponente bahía.