La semana pasada visité el Museo Imperial de la Guerra de Londres con mi suegro y mi hijo.

Yo soy pacifista, y creo que el complejo militar-industrial es una realidad muy aterradora y abominable. Así que todo lo relacionado con militares me hace estremecer. Pero debo admitir que me sorprendió gratamente este museo. No glorifica a los militares, ni toca la tecla sensiblera del sufrimiento de las víctimas. Se distancia lo suficiente como para ser “objetivo”, mientras es suficientemente humano para transmitir los horrores de las guerras. Y las exposiciones están muy bien diseñadas y son muy informativas. ¡Incluso la tienda es interesante!

Sin duda, un museo que vale la pena visitar, hasta (y tal vez especialmente) para pacifistas como yo.