Trasladándonos a un castillo
Después de un año de vivir junto al Puente de Londres, hemos decidido mudarnos.
Nuestro apartamento era agradable, y la ubicación muy conveniente, pero el peregrinaje constante de turistas al mercado de Borough y al puente nos hacía sentir como cuando vivía en Mid-Town Manhattan / 5ª Avenida (Nueva York) hace unos años. En aquel entonces, como ahora, decidí trasladarme a una zona que se sentía más “barrio” y menos “punto de referencia turística” (en ese caso se trataba de Chelsea), y resultó ser la elección correcta. Fuimos muy felices allí hasta que nos trasladamos a Londres.
Esta vez hemos decidido trasladarnos a Wimbledon, y aunque nuestro nuevo hogar es sin duda un punto de referencia (un castillo, justo enfrente de las canchas de entrenamiento de tenis de Wimbledon), nos dicen que los únicos turistas que aparecen por la zona son los que vienen al famoso torneo de tenis en el verano, que sólo dura unos pocos días.
Después de la primera noche en el nuevo hogar disfrutamos del canto de los pájaros por la mañana, los detalles arquitectónicos que te recuerdan que estás viviendo en un castillo (y, honestamente, ¿quién no ha tenido esa fantasía, al menos de niño?), e incluso ¡la visita inesperada de un zorro en el jardín trasero!
Fácil acceso a la naturaleza es una de las ventajas de nuestro nuevo hogar: vivimos entre Wimbledon Park y Wimbledon Commons, que junto con el adyacente parque Richmond, forman el parque más grande de Londres, un verdadero bosque con todo tipo de plantas y animales, incluyendo un montón de ciervos salvajes.
¡Seguro que vamos a disfrutar de la experiencia!