Del 22 al 24 de agosto mi mujer y yo fuimos a Madrid, ya que ella no había estado todavía.

Nos albergamos en el maravilloso Hotel Villa Magna, en el Paseo de la Castellana. Un hotel de lujo muy discreto donde cada detalle es perfecto, desde el equipamiento de la habitación al bufet de desayuno “simplemente ideal”.

El primer día visitamos el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), donde se notan los recortes presupuestarios, aunque continúa siendo una referencia en arte contemporáneo. El Guernica de Picasso sigue emocionando cada vez que lo veo.

Cenamos en un lugar de tapas creativas muy de moda llamado Sala de Despiece con nuestro amigo Álvaro.

Al día siguiente fuimos al Museo Thyssen-Bornemisza por la mañana, nos invitaron a comer en el novísimo y espectacular Gran Meliá Palacio de los Duques, después fuimos paseando al Palacio Real y la Catedral de la Almudena, y luego visitamos el Museo Nacional del Prado, donde la organización de la cola de la taquilla es tan odiosa que hacen pasar a los visitantes más de media hota haciendo cola al sol para entrar. Luego tomamos un cócktail escuchando música de piano de jazz en directo en el Hotel Ritz, y paseamos por el Parque del Retiro (y su mágico Palacio de Cristal) hasta nuestro destino culinario de la noche: Mercado de Ibiza.

El último día tomamos un consistente desayuno bufet antes de dar un tour en coche por la ciudad y regresar a Valencia.