El último día nos sentimos un poco tristes sabiendo que teníamos que dejar un lugar tan maravilloso. Pero decidimos aprovechar al máximo.

En primer lugar, hicimos un viaje rápido a S‘Aigua Blanca y Cala Llenya. Luego nos dirigimos de regreso a Portinatx.

Por desgracia, la mayoría de los barcos de alquiler operan sólo de mayo a octubre, lo que frustró mi plan de navegar alrededor de la isla. Pero, afortunadamente, la muy amable dueña de un supermercado local en Portinatx me dijo que podía tomar prestada su tabla de paddle en cualquier momento.

Desde que mi hija vio las fotos mias haciendo paddle-board en Tailandia, ha estado incansablemente pidiéndome probarlo. Así que le pregunté, y por supuesto, ¡ella estaba encantada!

Durante más de una hora estuvo sin para, como si llevara toda la vida haciendo paddle-board, arriba y abajo Cala S‘Arenal Gros. Yo la seguía por la playa, con agua helada hasta mis rodillas (y una sonrisa que no se me iba), observándola, y dándole algunos consejos. Mientras tanto, mi hijo sacaba estupendas fotos con el objetivo de zoom de la DSLR.

Nos fuimos justo a tiempo para volver al ferry y llegamos a casa sabiendo que volveríamos a Ibiza pronto, y por mucho más tiempo.

Ahora toda la familia está de acuerdo en dos lugares favoritos del mundo: Nueva York e Ibiza. Espera a que los lleve a Tokio 😉