Por una parte la Suciedad de Derechos de Interpretación Inglesa (especie de SGAE) ha demandado a Steve Kowalski el pago de -£114 (166‘63€, o 27.000 Ptas). El Sr. Kowalski tiene una tienda de instrumentos de música llamada Jones Music en Charlotte Street, Macclesfield (Reino Unido), y pago lo demanda la Suciedad mencionada por “interpretación pública de obras protegidas por copyright” -¿cuándo, cómo? No es que el Sr. Kowalski monte conciertos, o tenga hilo musical en la tienda (motivos por los que también “tendrí­a” que pagar), sino porque sus clientes prueben los instrumentos en la tienda.

Esto es LO MISMO que silbar por la calle (y el que alegue ánimo de lucro le diré que en la tienda no te alquilan el uso del instrumento in situ, ni pagas por poderlo probar; igual que llevar la radio encendida en un taxi de Finlandia: nadie paga al subir al taxi por escuchar la radio, pero una demanda de la Suciedad de gestión de turno respaldada por el tribunal supremo de ese paí­s ha establecido que sí­). -¿Hasta dónde va a llegar la majaderí­a? -¿hasta dónde vamos a aceptar que abusen de nosotros?

Por otra parte la Asociación Mundial de Periódicos quiere que los buscadores paguen por “explotar el contenido” de los diarios. -¡Como si las noticias fueran suyas! -¡Como si el buscador no tuviese enlaces que llevan a las páginas de los periódicos donde generan ingresos a través de esas visitas! -¡Como si los periódicos no se viesen beneficiados por el trabajo de otros que ellos encuentran a través de esos mismos buscadores a los que quieren cobrar!

Eso sí­, como le llaman “derechos de autor” todo parece justificado. Pero les diré una cosa: quieren cobrar. Entonces alguien paga. Alguien que ha trabajado para ganar ese dinero: “derecho de trabajador”. Alguien que recibe ese dinero como pensión: “derecho de pensionista”. Alguien que con ese dinero paga un tratamiento médico: “derecho a la salud”…

Que no te engañen. Menos cara dura y menos ceguera, que con el ánimo de cobrar, cobrar y cobrar a toda costa, sólo hacen que daño a sus propios intereses. Y lo que es más importante: a los intereses de los demás, de todos nosotros.