Pedro Farré, director de Relaciones Corporativas de la SGAE declaró el pasado sábado al diario El Mundo a raí­z de las 15 detenciones de webmasters de páginas webs de enlaces con banners: “Nuestro paí­s era el único en el que no se habí­a producido todaví­a un operación de estas caracterí­sticas, a pesar de que en España el fenómeno de la piraterí­a está generando importantí­simas pérdidas”.

Su frase une las recientes detenciones al fenómeno de la “piraterí­a”. Sin embargo, esas detenciones se han producido a webmasters cuyas webs sólo contení­an enlaces (no hospedaban archivos). Teniendo en cuenta la legalidad de la Copia Privada en nuestro paí­s, si el Sr. Farré considera que una página con enlaces a obras protegidas con copyright, y que a su vez tiene ingresos publicitarios, se puede considerar “piraterí­a”, entonces está llamando a Google “pirata” (incluso indirectamente a mí­, por poner el enlace a la búsqueda de MP3 de Moby en Google… -¿o como yo no tengo publicidad en mi web no soy “pirata”? Si es por eso, pongo publicidad y ya está, que eso se arregla enseguida)

No cabe aducir que Google es un servicio automatizado, y que por lo tanto no se le puede hacer responsable del contenido de los enlaces que una búsqueda genera, pues algunas de las webs cerradas eran colaborativas (con lo que los webmasters no eran los que poní­an los enlaces), y otras incluso eran tan automatizadas como Google (a través de trackers).

Y -¿por qué digo lo de arrebato de esquizofrenia?

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

Esquizofrenia.

(Del gr. σχίζειν, escindir, y φρήν, inteligencia).

  1. f. Med. Grupo de enfermedades mentales correspondientes a la antigua demencia precoz, que se declaran hacia la pubertad y se caracterizan por una disociación especí­fica de las funciones psí­quicas, que conduce, en los casos graves, a una demencia incurable.

Pues porque durante su conferencia en la Campus Party de 2004 yo le oí­ decir que el uso de las redes P2P no era ilegal, y que los enlaces tampoco lo eran.

Además, hay que estar demente para decir lo que ha dicho. Incluso hay quien piensa que hay que estarlo para defender la postura que defienden. Sobretodo vistos los últimos acontecimientos.