Los deportistas de élite (igual que los músicos) merecen vivir de su trabajo ¿Y?
Esto lo he escuchado de boca de tirios y troyanos: “los músicos merecen vivir de su trabajo, y para que haya buena música ha de haber músicos profesionales”.
Parece tener sentido. Aceptémoslo tal cual, y veamos dónde nos lleva.
Quien dice músico dice cualquier otra actividad creativa, personal o en grupo, que conlleve un esfuerzo considerable, de la que disfruta o se “beneficia” un grupo de gente, o “público” ¿no? Me vienen a la cabeza muchos ejemplos. Eliminando aquellos que cobran por su trabajo directo, a quienes paga un cliente o pequeño grupo de clientes (como camareros, cocineros, barman, mecánicos, etc) los símiles se reducen.
Aun así quedan unos cuantos. Me centro en un buen ejemplo con el que se pueden trazar grandes paralelismos: deportistas.
Por una parte están los deportistas de élite. Esos que cobran hasta por agitar su melena al viento (Gasol, Nadal, Casillas, Beckam, etc). Ya no son sólo deportistas, sino que son fenómenos mediáticos. En el mundo de la música pasa lo mismo (Eminem, Alejandro Sanz, Julio Iglesias, etc). Dejemos estas excepciones a parte, pues son un fenómeno bastante más complejo y puntual.
Luego están los deportistas de élite profesionales que viven de realizar su trabajo: jugar. Futbolistas y baloncestistas de primera división a parte, ya quedan menos ejemplos. Algunos de balonmano, algún atleta recordman, algún ciclista.
Pero tras ellos hay miles y miles de deportistas, que siguen siendo de élite (representan a su país en las olimpiadas, baten records del mundo, etc). Y muchos de ellos no viven del deporte, sino que tienen “otro trabajo”. Nadie pone el grito en el cielo si va el público a verles, aunque no paguen entrada. No hay suciedades de gestión que quieran cobrar (quedándose una parte gansa, si no todo). Ni una nube de abogados, leyes, policías, jueces, productores, contables, y demás corte al rededor de una ilusión colectiva.
Y sin embargo, siguen entrenando. Siguen compitiendo. Siguen ganando. Y se lo siguen pasando estupendamente.
¿Merecerían cobrar más dinero, y vivir profesionalmente de ello? Quizá. También merecen una vida mejor miles de millones de personas que no tienen para comer por culpa de la corrupción, la guerra, el abuso, la deuda… Pero la clave en este asunto es, ¿si eso no ocurre dejarán de competir, o dejará de existir el deporte?
Ahora sustituyan “deportista” por “músico” y ustedes mismos…