El sábado fui a The Armory Show 2012. Tantas galerías y tan poco tiempo. 

Mientras todo el mundo hablaba de la performance Bed for Human Use de Marina Abramovic, la pieza comisionada en el café del Pier 94 a Theaster Gates, o la instalación de Michael Riedel en el stand de David Zwirner (los espacios de los países nórdicos: para olvidarse)… yo encontré otras obras mucho mucho más interesantes. Pero eso es lo que hace a la subjetividad del arte (aparentemente no tan subjetiva) tan atractiva.

Aunque, por primera vez, he aparecido (y así estaba previsto) en una obra de arte. Era de Michelangelo Pistoletto y estaba expuesta en la Galleria Continua (no la muestro aquí porque pronto se publicará en un libro). ¡Mola!

Por supuesto, ¿quién puede resistirse a la tentación de salir de una feria así sin adquirir algo de arte? Así que obtuve una pieza (en realidad 3) de la entretenida y contestataria Jennifer Dalton en la Winkleman Gallery, y una obra impresa titulada “Phil Collins in Eurythmics” (2012) de Lina Viste Grønli. Lo que hace que te preguntes ¿por qué tenemos esa necesidad de poseer (ya sea el objeto, la foto, o incluso la memoria)?

Podría escribir un libro (varios, de hecho) sobra la inspiración, sensaciones, y reflexiones que emanan de tal sobreexposición a arte, pero sólo era sábado y al fin de semana todavía le quedaba mucho arte por recorrer… 😉

[mudslide:picasa,0,111219615350942087056,5718497867531860769]