Todos sabemos el doble rasero que aplica EEUU a la India (que NO ha firmado el tratado de no proliferación de armamento nuclear) y a Irán. Ambas democracias (aunque reconozco que una me pone mucho más nervioso que la otra). No estamos hablando de Corea del Norte precisamente.
Pero algo que se está pasando por alto en este debate es el tema en sí de la energía nuclear. No es que sea GreenPeace-AntiNuclear, sino que según un estudio del propio gobierno del Reino unido (el más próximo aliado de Bush) dado a conocer por la Oficina de los Verdes en Europa:
Parece mentira que presidentes de gobierno (como Bush, quién sino) o empresas (como varias petroleras) nieguen la evidencia. Otros como Putin dicen que es bueno porque implicará mayores cosechas de cereales (no es broma, pero este señor cree que sí) y algunos científicos defienden que todo es debatible (sobretodo aquellos cuyas becas de investigación están financiadas por fundaciones montadas por empresas petroleras). Juzguen ustedes mismos:
Según el Instituto Goddard, la subida de temperaturas es la mayor en los últimos 100 años (y no es que antes de eso llevaran un buen control).
Mientras el país (y buena parte del mundo) mira hacia otro lado, Bush aprueba la excavaciones petrolíferas en las resevas naturales del Artico, y la Corte Suprema de Illinois se pone del lado de las tabaqueras, y evita que Phillip Morris tenga que pagar las billonarias multas a las que fue condenado (y pronto sucederá en Florida lo mismo con otras tabaqueras).
El hecho de que no tenga tiempo ni para… (póngase aquí lo que quiera), no quiere decir que pueda evitar compartir con quien lea este blog algunas de mis inquietudes (que, pese a lo que les gustaría a más de uno, van más allá de la “Propiedad Intelectual”).
No obstante, esa misma falta de tiempo sí me impide comentar los hechos desde mi punto de vista. Pero por desgracia son tan obvios que no necesitan mucha explicación:
Dos estudios en profundidad de Earth Observatory de la NASA nos muestran cómo el burgués (o sea, tú, yo, y la mayoría de los que leen este blog, pues hoy en día la clase media acomodada es el perfil mayoritario de los que acceden a Internet en el mundo) agrede al medio ambiente de formas indirectas.
Porque mucho se habla de las emisiones de CO2, y del protocolo de Kioto, y del cambio climático, etc.
He recibido una postal que me dice “Tú has sido pieza clave para completar nuestro proyecto: hemos plantado 10.000 árboles para la recuperación de la Selva Atlántica en la cuenca del río Itajaí en el estado de Santa Catarina (Brasil)”.
Se supone que he ayudado a la Naturaleza. Se supone que debería sentirme feliz y orgulloso. Pero no es así.
Me siento como si cada donativo que hago a una causa que considero justa y/o necesaria fuese una gota en un inmenso océano, que se pierde, se diluye y desaparece.
Establecer relaciones de causa/efecto enlazando desastres naturales con la influencia del ser humano en el medio ambiente (polución, calientamiento de la atmósfera, capa de ozono, etc) es realmente difícil, pero en el caso del huracán Katrina, hay indicios claros de que la Naturaleza nos ha castigado por haber abusado de ella (y lo peor es que va a seguir haciéndolo porque nuestros gobiernos, y la mayoría de nosotros, vamos a seguir siendo poco respetuosos con ella):