Este es el cuarto de los artículos en los que trataré de enumerar “los peligros ocultos de la Red”. Los llamo “ocultos” porque reciben poca atención de los medios de comunicación y las autoridades, comparados con otros “peligros” (como puedan ser los virus, el spam, las estafas, etc), pero no por ello son menos dañinos.
Internet fue una revolución, pero realmente dos de sus aplicaciones (correo electrónico y web) fueron los catalizadores para que su uso se generalizara.
Este es el tercero de los artículos en los que trataré de enumerar “los peligros ocultos de la Red”. Los llamo “ocultos” porque reciben poca atención de los medios de comunicación y las autoridades, comparados con otros “peligros” (como puedan ser los virus, el spam, las estafas, etc), pero no por ello son menos dañinos.
Al hablar de “censura” y de “internet” nos vienen a la mente automáticamente la censura explícita como la que ejercen países como China (con centenares de detenidos por “usar Internet apra subvertir el poder del estado”, con más de 60 leyes que intentan regular el uso de la red en ese país, con miles de cibercafés clausurados, con más de 30.
Este es el segundo de los artículos en los que trataré de enumerar “los peligros ocultos de la Red”. Los llamo “ocultos” porque reciben poca atención de los medios de comunicación y las autoridades, comparados con otros “peligros” (como puedan ser los virus, el spam, las estafas, etc), pero no por ello son menos dañinos.
Así como el mes pasado hablé de un peligro que existe desde hace años, en esta ocasión hablaré de un peligro latente.
En una serie de artículos de los que este es el primero, voy a tratar de enumerar “los peligros ocultos de la Red”. Los llamo “ocultos” porque reciben poca atención de los medios de comunicación y las autoridades, comparados con otros “peligros” (como puedan ser los virus, el spam, las estafas, etc), pero no por ello son menos dañinos.
Me gustaría empezar esta serie con un peligro que en los EEUU es toda una realidad desde hace años y en España no parece ser muy común (o carezco de datos para pensar que lo es): el Robo de Identidad.
Son dos cosas bien distintas la creación y la producción. Pero nadie discutirá que el proceso de producción afecta a la propia creación. Por ejemplo, un intérprete musical se siente más “inspirado” si toca su pieza con un Stradivarius o un Steinberg que si lo hace con una cucharilla y un vaso de cristal. Pese a que la obra sea “la misma”.
Con las herramientas digitales de producción, este efecto es mucho más acusado.
Un hacker (ver wikipedia.org) es un experto, o aficionado, que busca defectos para mejorar la seguridad y prevenir posibles errores futuros. Pekka Himanen en su excelente libro “La ética del hacker”, propone incluso hacer extensiva esta definición a ámbitos más allá de la informática (entusiastas, autodidactas, o curiosos). A los “hackers malos” se les debe llamar “crakers”.
Así pues, -¿por qué titulo este artículo “Los hackers que sabían demasiado”? -¿Se puede “saber demasiado”?
La Democracia existe desde hace miles de años. Hoy en día la mayoría de ciudadanos de países occidentales entienden la Democracia como “el menos malo” o incluso “el mejor” de los sistemas políticos. No obstante, hay que dejar claro que existen muchos tipos de democracia … y además ahora hay uno nuevo.
La “Democracia” a la que la mayoría de personas se refiere, hablando en términos generales, es la Democracia Representativa Parlamentaria por Sufragio Universal.