Como muchos sabéis, llevo colaborando con la revista Personal Computer & Internet (PC&I) desde hace más de un año. Ha sido una maravillosa relación: me han dado libertad total y absoluta, me han apoyado, los pagos han sido religiosamente puntuales (y siempre me comentaban que era el colaborador mejor pagado por palabra de la revista), y la idea de mi columna junto con la viñeta ECOL del genial Javier Malonda me ha resultado una de las experiencias creativas más gratas de mi vida.
El verano es una estación ideal para relajarse. Pese a que escribo este artículo en julio, intento pensar en mis queridos lectores, muchos de los cuales estarán (espero) disfrutando de sus estivales vacaciones. Y me pregunto -¿serán de los que al tener tiempo para relajarse, se dan a la gimnasia mental? -¿o por el contrario preferirán “desconectar” (incluyendo en la expresión a sus neuronas)?
Este artículo lo escribo para los primeros.
Por extraño que parezca, y aunque el título haya hecho a alguien pensar lo contrario, no voy a hablar de la SGAE.
Todos conocemos el argumento, típico de las películas sobre mafiosos de barrio:
_– Tendrá usted que pagarnos por nuestra protección
– -¡Pero si yo no necesito protección, vivo muy tranquilo aquí y el negocio me va bien!
– Por eso nos tendrá que pagar, para protegerle
– -¿Protegerme de qué?
Damos por hecho desde las libertades hasta los derechos. Pero los logros y consecuciones sociales no son fruto de la casualidad, no están con nosotros desde el principio de los tiempos, ni podemos dar por sentado que seguirán aquí por siempre.
Al hablar de internet, damos erróneamente por hecho cosas como la interoperabilidad (ya hablaremos de ello en otra ocasión). Eso sí, hay una cosa que nadie pone en duda, y sin la cual es obvio que no existiría la red: la Neutralidad.
En noviembre de 2005 Google (parece que no se pueda hablar de la red sin mencionarlos) anunció un nuevo servicio (Google Local for Mobile) mediante el cual, y a través de su conocido sistema de visualización de imágenes de satélite Google Earth, los usuarios disponen de información local, mapas, direcciones, etc.
Por supuesto, a los pocos días Yahoo anunció un acuerdo con SBC Communications para ofrecer un servicio similar, y de paso anunció su acuerdo con TiVo para la grabación digital de contenido televisivo con programación via web, y la visualización de contenido web (principalmente fotos, tráfico, información meteorológica, etc) en la televisión.
A mí mi coche me habla. No, no alucino (por lo menos mientras conduzco), ni he llevado el tema de la sinestesia (ver mi artículo del mes anterior) al mundo de la conducción. Ni siquiera tengo uno de esos supercoches que incorporan reconocimiento y sintetización de voz.
Mi coche me habla en su propio lenguaje. Y a través de él escucho a los programadores que desarrollaron su electrónica.
Cuando, tras arrancar, alcanzo los 7 kilómetros por hora, los seguros de las puertas del coche se cierran.
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, Sinestesia es:
f. Biol. Sensación secundaria o asociada que se produce en una parte del cuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte de él.
f. Psicol. Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente.
f. Ret. Tropo que consiste en unir dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales.